sábado, 28 de mayo de 2011

POEMA

Ahora hace un año que tuve la fortuna de conoceros, a ti y a la Revista. Te adjunto "El Trigo y quizá Castilla", que fue el primer poema publicado. No he puesto ni quitado palabra alguna, solamente lo he reescrito, pues ahora creo que ya sé escribir o al menos mejor. Cuando lo escribí lo llené de pasión, utilicé los puntos, las comas y los puntos y comas, como si fueran "cuchillos" para darle al poema toda la pasión posible. Mas los puntos y las comas y los...no son para eso como tú bien sabes, pues sabes más que yo. Ahora lo he cubierto de sencillez, de naturalidad, de humildad y creo que está mejor. Soy un admirador de Antonio Machado del que aprecio todo, y sobre todo la naturalidad, la adustéz y su sentir. Estoy buscando "mi voz", como me dijo un señor que también sabe mucho de esto. Estoy en ello. Si te parece bien lo publicas, y me agradaría que hicieras mención a lo del aniversario. Un abrazo Julio.

El trigo y el hombre; quizá Castilla.

Para separarte,
primero hay que segarte
como trigo que tú eres, verde:
como separar cuerpo de alma, muerte
y que es segar la vida del hombre
como si fuera una espiga, verde.

Cuerpo y grano consistentes,
livianas, alma y paja.
Separar grano de paja,
como separar cuerpo de alma.

Los dos hechos de la tierra:
tierra mojada, barro,
la espiga encima del barro, florece,
el hombre de barro hecho, crece.

El hombre te cría a ti
a cambio tú, lo sustentas,
círculo de pan y amor eterno.

Por los anchurosos campos de Castilla,
el trigo y el hombre, quizá
juntos crecían
en forma de espiga, espiga
espigada verde:
Después dorada, madura espiga
desaparecida bajo la trilla
cuando era parva,
aventada al viento y separada
grano de paja, cuerpo de alma
que ella tenía cuando era espiga,
cuando era vida,
allá en los campos de Castilla.

Los dos se tienen el uno al otro:
el trigo al hombre y el hombre al trigo,
sustento son uno del otro,
los dos se cuidan como si uno fueran;
el trigo y el hombre, los dos en uno.

Llegará el día en que el trigo muera
y con su muerte traerá la vida,
la vida al hombre su compañero:
y otro día morirá el hombre
y su cuerpo de imagen vacía
será alimento de los trigales,
de la espiga, su compañera.

Los dos son vida,
son grano y paja
son cuerpo y alma, separadas
cuando ellos mueran.

El cuerpo y grano para la tierra,
el alma y paja para los cielos:
Cielos azules del mediodía,
cielos ocres de los atardeceres mágicos
de mi Castilla.
Autor: Julio Guzmán Sanchis

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