Visto el valle de tus rosas,
de mí se alejaron desdeñosas...
jamás se ajan sus florituras,
cuando las cortas y las abandonas.
Al caer la noche de amargura
recuerdo tus montes y su lindura.
De su agua mi alma sana y se cura,
al probar en sueños su dulzura.
Leonardo Hernández -México-
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