lunes, 19 de febrero de 2018

TRAVESÍAS


Mi mente, amalgamada en un todo cínico
a mi alma y a mi sombra,
realizaban imborrables travesías
hacia el centro escabroso de la luna,
volaban sin bitácora y sin brújula
cruzando los aires saturados de concreto;
mi sombra, vacía de pretensiones idealistas,
mi alma, vacante de ilusiones reformistas,
mi mente, desierta de razones futuristas
viajaban aparentando ser autónomas y liberales,
pero en esos transitares resultaban lo contrario.

Cada una era sierva y soberana de las otras,
-actrices de dos papeles en la misma obra-
muchas veces presas y pocas veces carcelarias,
pero eso sí, nunca exentas o emancipadas totalmente,
por el contrario, con el continuar de sus vuelos
llegaban a requerirse tanto, pero tanto,
que se transformaban en un indescifrable ser,
en un ente sin deseos, sin sueños, sin cerebro;
en un andrógino robot de gran avance tecnológico,
pero de un exagerado retroceso en su interior,
y por supuesto, vacías de luz en su exterior.

Sus escapes eran infundidos por el miedo,
sí, por ese miedo de caminar y resbalar
atascándose con su verdadera realidad,
esa realidad lacerante, triste y despreciable
que desde siempre ha sido escenografía de la tierra;
viajes proselitistas de una fe vulgar a lo desconocido,
a lo escondido, a lo ignorado, a lo disfrazado,
viajes contradictorios, estúpidos y absurdos
robadores de consciencias y de percepciones claras,
viajes creadores de una mentirosa zona de confort
allá, sí, allá, en el lejano y escabroso centro de la luna.

Jerry Méndez -México-

No hay comentarios:

Publicar un comentario