miércoles, 16 de agosto de 2017

VIEJA SIRVIENTA


El tiempo no se mide por puñados de arena
o por el montón de hojas de libros viejos
que te quedan por leer,
ni por los rincones de las tabernas
que te faltan por visitar,
las veces que has dormido profundamente
o lo que hiciste, aburrido en el templo de la esquina.

El tiempo se mide por las caricias que olvidaste
los poemas por escribir
y lo que no dijiste
mientras amabas
sin saber que el corazón
poco a poco
se iba convirtiendo en una vieja sirvienta.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

No hay comentarios:

Publicar un comentario