miércoles, 16 de agosto de 2017

LA DECISIÓN


Eran 8 amigos, compañeros de colegio hasta su adolescencia, a los que la vida separó, volviendo a encontrarse al alcanzar la jubilación.
Lo celebraban comiendo juntos dos veces al año, en junio y noviembre, generalmente en el mismo restaurante, aunque alguna vez, uno de ellos, les invitaba en su restaurante privado, más íntimo para este tipo de ágape.
Así celebraron recientemente la comida de noviembre. Al final, como era costumbre, cada uno depositaba 20 euros, para que uno de ellos se encargase de comprar 8 décimos de lotería del sorteo
extraordinario más próximo.
Este año, todos, excepto uno, comieron abundante marisco; la excepción no lo probó, era alérgico, y solo tomó platos de jamón, lomo, queso...
Como posteriormente se confirmó sufrieron una severa intoxicación que fue llevándose a 7 de los amigos, durante los 15 días siguientes.
Todos fallecieron con similares síntomas, sin poder hacer nada por ellos.
El superviviente era el depositario de los billetes y, casualidades del azar, un mes después de tan aciago banquete, resultó que cobraba 3,2 millones, había acertado el premio gordo.
Dudó que hacer, pero, finalmente, su conciencia prevaleció.
Transfirió a los herederos los 20 euros que cada uno le había depositado.

JOSÉ MARÍA ALONSO ARRIBAS
Participante en el VI Certamen Microrrelatos Libres Memorial Isabel Muñoz


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