A las siete él esperaba puntualmente,
ala mujer que lo había conquistado,
ella era rebelde y algo irreverente,
tal vez eso de ella lo había atraído.
El destino los habría reunido,
su amor fue a prueba de todo,
por el tiempo vivido y compartido,
un puro amor los habría unido.
Llenos de muchos sueños y planes,
para ellos no había limitaciones,
solo dos seres que todo lo superaban,
solo dos seres que se amaban.
Después de un triste accidente
poco a poco salió adelante valientemente,
dando testimonio de que se si puede,
cuando se lucha con fe si se puede.
Una silla de ruedas no es inconveniente,
para poder vivir y seguir adelante,
las limitaciones nosotros las ponemos,
donde nos encontremos con fe luchemos.
Victoria Baltazar -Perú-
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