miércoles, 9 de agosto de 2017

A LA PALMERA RESILIENTE DE LORA


El retrato paisajístico de la entrada a Lora del Río, lo ha conformado durante el último siglo, un frondoso naranjal, a orillas del Guadalquivir, desde el que se alzaban dos centenarias y esbeltas palmeras. Recientemente fueron trasladadas de lugar. A una de ellas este cambio le costó la vida. La otra consiguió vivir y sigue al lado del río, a pesar de los pesares. Hoy se ha convertido para nuestro pueblo en un icono natural que simboliza las ganas de vivir y la resiliencia.

Hoy admiré el perfil de tu figura
derramando tu fuerza sobre el suelo.
Con humildad, venciste al hombre en duelo
y te alzaste, poderosa, hacia la altura.

Fuerte palmera de alma resiliente,
tu corazón sigue sembrado en Lora
y late del crepúsculo a la aurora,
fundido en un abrazo permanente.

Yo quiero, como tú, palmera mía,
contemplar la existencia con bravura
sin detenerme en vacuas naderías.

Y sembrar esperanzas cada día
sabiendo, que resurge aquel que quiere
y bebe primaveras de utopías.

Sobre el Guadalquivir de aguas verdes,
reflejas tu belleza y tu hermosura
y en sus espejos, al atardecer, te pierdes.

LOURDES SORIANO ARIAS -Málaga-
Publicado en Luz Cultural

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