lunes, 17 de julio de 2017

LOS BAÑOS ÁRABES


Después de la explicación y ponernos las calzas en los zapatos, entramos en silencio a los vestuarios, el de los hombres a la izquierda y el nuestro a la derecha.
Nos desvestimos, guardamos la ropa en las taquillas y en bikinis salimos a la zona de las piscinas. Una música suave, una luz tenue en la oscuridad y el sonido del agua en las tres piscinas. Primero la de agua templada. Bajamos los escalones y nos sentamos sumergiéndonos en la calidez del agua. Cerré los ojos y me dejé ir...
Al abrirlos lo vi. Con su buen porte. Sin duda era él, el que bajaba y se sumergía también en la calidez del agua ¿Casualidad?, ¿destino?, ¿quizás fantasía?
Me erguí suavemente y casi a cámara lenta pasé por delante de él contorneando mis caderas cuan ardiente me sentía, subí uno a uno los escalones con el agua resbalando insinuante por mi cuerpo
y me dirigí hacia la piscina de agua fría donde pude apaciguar mis intenciones. Me volví hacia él con una mirada directa, mi boca entreabierta, sensual, mi corazón helado como el agua. Y todo comenzó
a surgir...

Carmen Hidalgo Ferrer
Participante en el VI Certamen de Microrrelatos Libres Memorial Isabel Muñoz

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