miércoles, 12 de julio de 2017

EL OJO DEL QUE MIRA


Es ciego el anciano del laúd.
Gira en blanco
su ojo velado
cuando toca.
Herido de luz
de una luz infinita
en el gesto se ve
que es pájaro.

Una explosión
de pimpollos en las venas
pétalos que el sueño del mal
ha vuelto negros.
¿Es posible atisbar
por el blanco del ojo
y que lo visto
no deje huella?

Si no se ha buscado
resguardo a tiempo
un batir de alas
ensordece.
Mucho es el daño
que la belleza provoca.

Del libro Mi pequeño acto privado de Griselda García -Argentina-
Publicado en La Náusea

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