El platero que hizo la corona de Hierón fue perdonado. El rey, en realidad, nunca le creyó a Arquímedes y su teoremita. ¿Cómo podía creer que los cálculos fuesen correctos?
Nadie, en su sano juicio, puede hacerlo por más ¡Eureka! que diga el sabio, si éste anda por las calles de Siracusa en bolas, enjabonado y a los gritos.
Daniel Frini (Argentina)
Publicado en la revista digital Minatura 155
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