lunes, 29 de mayo de 2017

GALOPAR


A veces el deseo voraz
queda huérfano.

Más un corazón indómito,
no se resigna jamás.

Y sumido
en su digno galopar

sabe que la vida está
siempre

alerta
y por recomenzar.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

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