lunes, 24 de abril de 2017

TOCANDO A TU PUERTA.


Con el corazón crecido de llanto y de dolor
toco esta madera sin saber lo que será,
si he perdido de las flores su color,
o mío será el encanto que renacerá…

Lo cierto es que me viste en brazos de otra
cuando me besaba sin ninguna urbanidad,
entre el helechal temblando como potra,
jadeando como locos en una tempestad.

Campeando las pasiones de besos
sin decoro, en entera libertad,
llevado por el gusto de sentimientos presos
que al verse liberados rodaron por esa soledad.

En barcazas humeantes de deseos encontrados
clavándose los cardos de pasiones exquisitas,
cual si fueran caramelos muy edulcorados
dando de sí sus galas más bonitas.

Y todo se dio así, sin freno,
en un bravo frenesí, vibrante y tan ameno,
que al terminar quedó el alma complacida
por degustar con creces el cabo de la vida.

Mas todo concluyó, y se arrojó al olvido
y aquí me encuentro buscando tu cariño,
pues eres de mi alma su tesoro más bruñido
rogando me devuelva su gracia y su corpiño.

La nube blanca refleja su pureza
a los ojos del sinsonte volador,
mostrándole el alma con entera sutileza
para que su canto sea siempre soñador.

Así te abro el alma luna de mis sierras
para que te percibas con nívea claridad,
y veas que te quiero y que en mi te aferras
haciéndome más bella esta realidad.

Silvino Gerardo Becerra Gamboa -Venezuela-

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