Se quedó en la calle,
ese hombre, ahora
pasa hambre.
Por perder el ritmo
que no le convencía
pues fue muy cabezón,
se ha quedado atrás,
y ahora,
es un miserable.
Anda solo por el mundo
viendo a los seres que conoció
que le señalan con el dedo
mientras piensan:
“Mira que mal le fue,
mira como quedó solo”.
Y es cierto.
PEREGRINA VARELA
Publicado en Luz Cultural
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