Ahogaste tus penas en el acelerador
Y tus pies, más briosos que en noche vieja,
Bailaron por desconocidas carreteras.
Mis negros tacones,
-Brillantes como luceros-
y las violetas de mi falda
pellizcaron tu conciencia de crápula desenamorado.
Del libro Gato negro de
Cristina Ruberte París -España-
Publicado en Editorial Alebrijes
No hay comentarios:
Publicar un comentario