miércoles, 22 de marzo de 2017

¡PARA QUE NUNCA DUDES!...


Callaste mis dos labios, -con un dedo-,
no quisiste escucharme, por temor,
mal pensaste tal vez, -llena de miedo-,
que era el triste final, de nuestro amor.
Del valle del adiós, yo retrocedo,
me dirijo al jardín donde la flor
no marchita jamás y en su viñedo
yo sosiego a mi sed con tu calor.
No imagines mi amor, que me has perdido,
ni me empujes -al valle del adiós-,
porque mi alma a tu vida ha prometido
siempre amarte, aunque dudes de mi voz,
y es que está, nuestro amor, muy bendecido,
por la gracia del Cristo:… ¡Hijo de Dios!

ENRIQUE QUIROZ CASTRO -PERÚ-

No hay comentarios:

Publicar un comentario