ESTOY APRENDIENDO A CRIAR PLANTAS

Recibí diez de ellas, me fueron regaladas
en herencia al gusto de mi madre, a quien
llenaba criarlas…
No es que de repente me haya nacido el gusto y
las ganas de cuidarlas, para nada, nada más es,
que a veces uno olvida las cosas bellas que una
mujer puede enseñarnos.
Ahora estoy aprendiendo a criarlas, seres nobles,
frágiles como las niñas que llevamos en los ojos
o como son las niñas para sus padres, pues dan
sin pedir nada a cambio, tanto que sustentan la
propia existencia del ser humano.
En poco tiempo he aprendido a saber cuánto
las quiero, no solo para tenerlas en el jardín,
sino que para guardarlas por siempre en mi pecho.

GILDARDO CARRIÓN