El poeta
debe levantarse temprano
cuando aún la escarcha cubre la calle y el sueño del centinela
Preparar su cuaderno
Revisar el nivel de tinta del bolígrafo
Y salir de sí mismo
colocarse en el otro
en la cosa
en la mirada ajena
Fijar el instante
pero a diferencia del fotógrafo
Esperar la letra, reposar
y silencioso,
Disparar
Dar en el blanco
Esperar la caída
Buscar el cadáver
el poema en rojo
Colgarlo por el pescuezo
Dejar que el perro lo huela
que su hocico sepa de la muerte
El poeta debe esperar días soleados
En los vientos fríos el poema no querrá apeonar
ni volar
le dolerán los cañones de las plumas y se esconderá
Salvándose sin saberlo
El poeta debe ser zorro o águila
Cazar la metáfora
Cocinarla y situarla en el blanco borde del plato
sobre la mesa que esa misma mañana sostuvo sus codos
y el peso de una expectativa que acaba en su boca
en sus dientes triturando el ala
y que tiene como residuo el hueso
la sobra sin carne
el lenguaje destilado
el poema que se lee.
Camila Ríos Armas -Venezuela-
Publicado en La Náusea
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