lunes, 30 de enero de 2017

SOLO ES UN SUEÑO, DIJO EL GALLO


Terminó el día, me fui a dormir
cansada con la misma la rutina sin emociones;
otro día nublado para mí.

Caí en la inmensidad más profunda de la noche
Me deslumbró un nuevo horizonte:
observé la belleza más sublime,
que jamás antes había visto;
divisé reflejos celestiales de varios colores
bailando al son de la música,
la que tengo en mi alma;
posiblemente toquen los ángeles.

Supuse que era la aurora boreal besando el horizonte.
Dentro de tanta belleza estaba él dibujando mi sonrisa,
me besaba con la mirada,
yo sin parpadear le miré temiendo
que se disipase su luz de amor.
Lo llamé Rayo de luna;
me siento hechizada
cuando veo, que apresura su paso elegantemente
como un poderoso hidalgo español:
fuerte y lleno de vida;
posiblemente escapado de algún enmohecido lienzo
de un cuadro olvidado de mis ancestros.
De repente, se paró un instante,
quedose mirando, como estudiando mi rostro
intentando abrir la puerta de mis ojos por ver mi alma;
aunque supuestamente me conocía, quería asegurarse
de no equivocarse de dama.

Sí, era él, mi corazón no lo dudó;
por mis ojos cristalinos se escapaban
perlas húmedas de felicidad;
me quedé petrificada, al ver
que retrocedió a una distancia de varios pasos;
después de un breve espacio de tiempo,
se quitó el pañuelo del cuello y muy encantador me dijo:
¡me siento pequeño ante tu belleza!
acarició la humedad de mi cara
y acariciando mi pelo del color del sol,
hundió sus dedos con la suavidad y ternura
que jamás antes percibida;
de repente clavó sus verdes ojos en mis labios carmín rojo pasión
alzando mi barbilla con su boca entreabierta,
yo sentí su deseo de beber del néctar,
que ansiosamente nos pertenecía a los dos
del amor auténticamente puro .

Cuando estábamos saboreando la miel de nuestro amor,
oigo el cantar del gallo ronco tan malicioso
adelantando el día llevándose mi bello sueño.

Ya no quiero soñar,
no quiero sufrir
de esta cruel realidad.

“Soy como ese pajarillo desvalido,
que se esconde en las madrugadas
con tanto miedo, que ni siquiera canta por las mañanas;
siempre ve el cielo gris
soportando a la nube negra,
cual barrunta tormenta.”

María Sirena Matri Mar -ESPAÑA-

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