domingo, 25 de septiembre de 2016

CALLÓ MI VERSO


No supe que decir:
calló mi verso,
mi poesía se hizo triste,
dos lágrimas brotaron de mis ojos
ante la adversa suerte de mi amor.
Ella era un lindo amanecer
y yo, soltando mis alas,
me desprendía de las angustias
sosteniendo el peso del amor.
Era una prisión de sueños
con música y melodía de cielo,
su corazón, todo ternura
estaba lleno de deseos.
Su cuerpo, un jardín de ilusiones
como un sol murmurando poesía
cargado de pasiones en su luz.
¡Hoy no queda nada!
Solo un ligero y tembloroso beso
en el atardecer de su boca
hundido en la celda de los deseos
donde muere la música
y se dispersa la melancolía.

Ysidro Parra -Venezuela-

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