jueves, 30 de junio de 2016

NUESTRO PADRE (VIEJO ÁRBOL)


¿Recuerdas querido hermano?
Aquel frondoso árbol
que habían plantado los abuelos;
en sus poderosos brazos
nos colgábamos
de a par en cada una,
y ellas permanecían erectas,
férreas, incólumes.
A la sombra de su cobijo y albergue
como polluelos en alas de gallina,
eramos beduinos en la encina,
ya que era el mejor árbol que cobija,
además sus cuentos e historias
eran maravilla,
alegraban nuestras comitivas vespertinas.
Cuando desplegaba sus filtros de fruta,
tendíamos a la mesa
la dulce riqueza
de compartir sin ninguna pobreza,
y como sabio búho,
el conocimiento que retuvo
nos lo heredaba en porciones gigantes,
y en las fiestas
ponía de manifiesto
el jolgorio,
como buena sorpresa,
y la risa era deleite
para que se esparciera en la gente,
el buen ambiente del chiste fino,
no vulgar, no imprudente.
El calendario impertinente
ha roído su tronco perenne,
la pertinaz nieve
ha tributado a sus sienes
nebulosas rocosas
a su gris cacumen;
ya las historietas jocosas,
son divertidas,
no por risas de fina lumbre,
sino de preocupantes dudas pervertidas
que en su deslucida mente sucumben.
Sus ramas flácidas
no soportan un grano
de pluma de lana,
y la lama
de la hiedra
hace mella
en su débil coraza,
tan teñida de hojas caídas,
cual la arena
cansada de viajar
por la estrecha senda
de un reloj sin minutero,
donde las horas viajan en la espera
de un otoño
sin retoño.
Son raíces de roble,
que bravío y noble,
vertió de su lustre vientre,
la simiente
para postergar su heredad.
Es por ello, que cuidar su ancianidad
está en nuestras manos…
Te conmino hermano
a sumarnos en familiaridad
y velar para hacer menos pesarosa
sus nebulosas,
y para que aún perdure
entre sus lumbres
la risa diligente
y no vuelva la nieve
con burlona risa;
entonces siga
siendo noble,
tronco de roble,
y no curvada giba,
como delgada espiga
que el viento lo vence,
y por ende,
le hace agachar su amplia frente.

ALAN OSLON (ALIDES ANTONIO LONDOÑO OSORIO) -Colombia-

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