lunes, 30 de mayo de 2016

SESENTAYSEISAVO ANUNCIO


A Fernando Palenzuela

Mucho antes de que tuviéramos el insomnio de la luz

Tuvimos el despojo de nuestra propia sangre

Que al alba no alcanzo a saltar

Quedándose como una imploración sobre las abejas

Quedándose más tarde sobre el soplo del sol

Que nos hizo tener cinco cuerpos,

Cinco cuerpos que rebanaban la luna sobre las raíces,

Cinco cuerpos que carbonizaban lo felino de la noche.

Nadie se preparó para esta vastedad

La noche heredó la muerte

Y de todas las cosas heredamos solo sus muertes

Nunca he visto el día

Caos y padres aplastan mi elemento

El latido de mi sombra ocultó los torbellinos

No se lavó el espejo donde termina el mar

La nieve siguió violando lámparas hasta el desvanecimiento

No se lavaba el espejo después de esas horridas jornadas

Las anclas pincharon la noche

Cayó naftalina sobre las estaciones de trenes

Donde mis tías descubrieron que la noche estaba sobrepuesta

Eso probó tanta amargura bajo la tierra

Ese vértigo de madera que hay en lo recién nacido

Sobrepuesto está también en nosotros

El mensajero anochece en el cazador

Y el cazador amanece en el hijo

Sobrepuestos estamos en nosotros mismos,

Con este insomnio de la luz

Con este soplo del sol

Que nos hiciera tener cinco cuerpos

Cinco cuerpos se deben tener para entrar en los tajos del abismo

Cinco cuerpos que entran al mar

Ordenando la luz que tuvieron los ángeles durante el día

Este soplo del sol tuvo cinco cabezas al mirar por dentro esos tajos del abismo,

Que del fuego pasaron a la mujer

Y fue tanta la vigencia nívea de las lámparas violadas y los huesos

Que una estrella visitó la sangre, dejando todo intacto sobre el mundo

Mis cinco cuerpos, tenían conocimiento de lo sobrepuesto

Habían nacido, muerto, amado, dormido, sobre una precisión velada

Tal como el pájaro que no puede dormir porque le hacen escuchar su propio canto

Grabado por quienes el mismo canto de este pájaro no dejó dormir

No se dejaban engañaban cuando lavaban los espejos

Y al soplo del sol supieron como había sido todo

Así fue todo,

Al llegar a una esquina nos dimos cuenta

Que la noche quedó sobrepuesta

Un insomnio de luz empezó a desangrarnos

Todo era reflejo de raíces,

El despojo de la sangre quería saltar a esas raíces

Pero no eran ellas, eran solo un reflejo de raíces

Tal era la amargura bajo la tierra

Entonces llegaron los cinco cuerpos que el soplo del sol nos había hecho

Se prepararon para la vastedad

Hicieron lo que debían hacer

Rebanar la luna sobre las raíces,

Carbonizar lo felino de la noche

Lo recién nacido tuvo su vértigo de madera

Ahora sobre el soplo del sol quedó el despojo de mi sangre

Se quedó como una imploración sobre las abejas

Yo lavo un espejo, aquí donde termina el mar

Mientras pasan por mi lado, luces que me recuerdan mi destierro

Vengo y voy a lo sobrepuesto, con el mismo insomnio de la luz

Recuerdo como cazador y mensajero amanecían y anochecían

Unas tías que nunca tomaron el tren bajo la noche pinchada

Guardándose naftalina entremedio de las enaguas

No me dejo engañar por lo que parece intacto sobre el mundo

He de nacer y morir sobre una precisión velada

El latido con una precisión velada oculta los torbellinos

Los cincos cuerpos se desvanecerán como el soplo del sol sobre los tajos del abismo

No alcanzarán a saltar a las raíces.

Rodrigo Verdugo -Santiago de Chile-
Publicado en Archivos del Sur

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