miércoles, 30 de diciembre de 2015

ES-CULTURA


A Celeste Camarán 

Las noches de luna llena siempre vamos dichosos a bailar
al bosque alto húmedo donde reposan inermes las estatuas.
Desatiendo el ascenso a la planada de la dicha
torneadas tus piernas pétreas me elevan
tras el ritmo alegre de un cincel y las congas.
Al compás bajo de los muslos laxos mojamos el musgo
los tambores obedecen al sonar los fonemas
ondeas ululando oronda tu cadera lista.

Solo una ceda corta del color de tu piel te cubre
después de girar airosa queda todo el contorno fresco
expones majestuosa tus brazos a la bóveda celeste
abres en fiesta extensas extremidades cardinales
dejas ver !este! tu mejor crespo:
muestras mi senda dispuesta.
Los megalitos giran ansiosos
babean la piedra yerta
seguir el ritmo quieren
no te perderán de vista.

El bosque se abre más, a tu ritmo me muevo.
Rozamos sedientos nuestros labios ávidos
los pubis se atraen, no hay quien los detenga
estas manos entrelazadas para siempre
describen despacio al espacio el arco del triunfo.

Cuando se acallan las marimbas y tambores
la Tierra nos planta, abrazados, cálidos.
La Luna se asoma sonriente en tu busto cordillero
Adonis alista sus erectas púberes, cambia su pose,
el David abulta el contorno de su sacro, deja sus temores,
Miguel Ángel cómplice alienta, lo envuelve el frenesí
Botero desinfló sus gorditas, las quiso esbeltas para ti.

Rubén Darío Cadena Franco -Colombia-

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