jueves, 31 de diciembre de 2015

ANUNCIO


Ya tocaron las campanas.
Ya la noche se volvió un manto de cera.
Ya el silencio alzo su voz.
Ya muge el toro con rugido de león.
Ya se tambaleó Babilonia como un castillo de naipes,
cayendo encima de la muchedumbre.
Ya ladra el perro,
y todos se escondieron dentro de sus barriles.
Dentro de sus sombras.

¡Ya tocan las campanas!

Las cigüeñas escupen hilos de sangre,
sobre las multitudes que caminan sonámbulas.
La noche con su manto de cera
cubre los ojos de los niños,
y los miembros amputados de los pobres.
El toro embiste dando cabezazos,
contra un burladero de arterias secas.
Ya se cayó Babilonia,
y en la ciudad solo hay escombros y ruinas de silencio.
A detalladas el perro arranca la piel a los transeúntes.
Y miles de ojos sin rostro
miran la destrucción desde dentro de sus barriles.
Desde dentro de sus sombras.

¡Correr! Los que no lo hagáis,
Ya no podréis hacerlo.
¡Correr! Y dejar vuestras sombras
clavadas en el suelo.
¡Correr hijos míos! ¡¡Correr!!
Ya tocan las campanas
anunciando el apagón del tiempo.
Y el ocaso de las palomas de plumaje negro.

El tiempo agoniza
y gotas de cera caliente,
cuelgan de las yemas de mis dedos.
La luna es un ojo de pez
donde se ve flotar a los muertos.
Y no habrá paraíso posible
donde esconder tanta alma herida.
Por tantas puñaladas de tiempo.

¡Ya tocan las campanas!

Silencio.
Silencio.
Silencio.

Debora Pol.

No hay comentarios:

Publicar un comentario