lunes, 28 de septiembre de 2015

CREPITAR


Azotado por el indecente crepitar
de los días sin ti,
me convierto en el ingenuo mártir
de mirada fiera.

Deslumbrado,
deambulando
por el desierto dolor
de no saberte cierta.

Cegado por el amargo pudor
de la codiciosa pena,
me pierdo en el asombro
de tus caricias invisibles.

Somos palabras en la arena
torturados por dedos viejos.

Nuestras vidas serán viento y sombra
tan lejos, tan cerca.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

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