martes, 30 de junio de 2015

CUANDO HABLO DE AMOR


Cuando hablo de amor no creo en soluciones y asaltos,
ni en sonidos modificantes, ni desafinados, no creo en cantos de brujas, y bailes de duendes, cuando hablo de amor desciendo al infinito de mi tranquilidad, a lo más profundo de mis libros.
Cuando hablo de amor puedo sentir los pulsos de mi reloj atontado, los frescos de mis pinturas moverse, todo parece un pétalo, todo parece una vida unida y fiel.
Cuando hablo de amor en las noche oscuras, o en los amaneceres infieles, o en el peor de los casos acosado por un frío invierno, mis poemas se esparcen como perfume, mis sentimientos frustran cualquier entelequia, mis pasos se entrecruzan desorbitados, y yo como un niño me quedo inmune, sedado y loco por recibir un beso.

Rolando Perera 

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