Una canción me canta
celebra como perfección imposible
la nota que falta a la boca
Un poema me escribe
me pierde en los versos
me fractura en cristales encendidos
para dar vuelta a la piel e iluminarla
Un cuadro me pinta
prolonga nervaduras del infinito
en el sentido vertiginoso de un paisaje
donde la luz lo aventaja
Un lápiz me escribe
me dibuja labios en voz alta
la transgresión de ser el espejo
de otros labios abiertos
Una luna me hace menguar
en la salida necesaria de la noche
me arrebata los últimos sueños por morir
los nidos que soportan los dioses del día
Un hombre me ama
en su punto más infinito de las diferencias
no entiende de
canciones
poemas
pinturas
lápices
ni lunas
pero su verbo es irrevocable
y levanta ese muro donde siempre me acorrala.
Del libro Sitio de estaciones de
Marco Antonio Paneque Gamboa -Cuba-
Compartido por Claudio Lahaba
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