viernes, 27 de febrero de 2015

UN RINCÓN


"Caía el atardecer,
de sombras insatisfecho.
Entre las farolas y su encender,
sobre aquel banco que escogieron.
Las siluetas cimbrearon luces,
en el parpadeo del ocaso,
que atravesaba las verdes hojas,
y en los rostros dejaba trazos.
Sonreían los ojos,
en sus acarameladas figuras.
En su rozar de torsos,
que el abrazo componía.
Los labios se hablaban,
demandándose compañía.
Y sus manos atenazadas,
en su jugar de dedos, se escondían.
El aire amalgamaba,
el aroma de las flores.
De aquel parque y sus colores,
en un estar, que embriagaba.
Y dejaron que sus miradas,
absorbieran sus silencios.
Tez con tez encontradas,
en estallido de bocas y alientos.
Tembló el gentil banco,
en somero desasosiego.
Cuando el beso fue sincero,
de aquel amor consolidando.
Y el pequeño bosque fue refugio,
lugar calmo en el trasiego.
Remanso de solitudes,
donde el beso, extinguió su fuego.
Dejaron que el viento llegara,
que el frío, les hiciera caminar de nuevo.
Perdiéndose en la negrura,
de la noche y su deseo.
Bajo el arco de los castaños,
en dirección a mar abierto.
Fueron sombras en el parque,
en su viajar de rumbo quedo."

Del libro "Del Amor y Otras Hierbas Adictivas Vol.2" de Imaginador69

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