domingo, 30 de noviembre de 2014

LAS CAMPANAS DE LA MUERTE


Soneto I

El viento helado que rozó el cabello,
Llenándolo de escarcha y de blancura,
No osó matar su hechizo, su ternura,
Sus luces, sus bellezas, su destello:
Manchado de granizo fue más bello,
Más puro que la nieve cuando, pura,
Desciende de los cielos, de la altura,
Tan diáfano que el sol luce en su cuello.
Hiriéronla los años, la carrera,
El rápido correr hacia el vacío,
Más no perdió la luz de su alegría.
Sus risas, floración de primavera,
Fluyeron como, rápida en el río,
El agua en su correr, helada y fría.

José Ramón Muñiz Álvarez -Gijón-

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