viernes, 28 de noviembre de 2014

BARROCO


La línea recta, la palabra clara,
la escena contagiada de armonía,
agonizando van y, en rebeldía,
la maraña sus códigos prepara.

En lo complejo y radical se ampara
el canon de belleza, travesía
del clásico al barroco, fantasía
de pámpanos, racimos y algazara.

Sencillez y elegancia sucumbiendo
a la ampulosidad, y en el estruendo,
naufragando la voz del madrigal.

Pomposidad febril de Churriguera,
frente a la placidez que Juan de Herrera
plasmó en la austeridad de El Escorial.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -In memoriam-

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