viernes, 30 de mayo de 2014

A LOS CUATRO VIENTOS


-La mujer del Norte-

Claro de luna, en un país lejano,
vino del Norte a hombros del granizo,
colgada de sus cuellos como un rizo
a morir a mi sombra aquel verano.

Hielo su nuca, en esta abierta mano,
con el calor de un beso se deshizo;
la belleza en su rostro fue un hechizo
de almendro en flor, con el candor humano.

Su vida, fue la vida de las flores:
el altar, de un adagio de violines,
y la tumba de todos los colores.

Su muerte, la de todos los jardines.
Su muerte, la de todos los amores:
¡el abandono, al fin de los festines!

Antonio Ramos Olmo -ESPAÑA-

No hay comentarios:

Publicar un comentario