lunes, 28 de abril de 2014

CONEJO


Nuestro conejo Toty
a veces, pega mordiscos
al primero que se le acerca.

Está más salido
que el pico de una plancha.

No está triste y solo
en su jaula-apartamento,
está caliente como una perra.

Cuando se aburra de su calentura,
se dedicará a morder los barrotes de su jaula.

Triste sino el mordisquear heno
e imaginar, digo yo,
que su vida ha sido intensa.

Más intensa que sus primas las liebres
que se arrimaron al arroz que parecía con pollo.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

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