lunes, 29 de abril de 2013

GENEROSIDAD


El obsequio que otorgas a tu hermano
va mucho más allá de la cuantía.
Se mide su valor por la alegría
proporcionada a ese otro ser humano.

Más te engrandeces cuanto más enano
te juzgue la pragmática jauría
que oculta el oro en lúgubre alcancía,
y al número declara soberano.

Dé el corazón, más bien que la cartera,
que es mejor el regalo de madera,
si agrada al receptor, que el dispendioso.

Y da aquéllos que tienen poco o nada,
porque iluminarás en su mirada
su reconocimiento silencioso.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-

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