martes, 29 de enero de 2013

DOS


Que con su Bautismo, sacralizó las aguas
de noche y silenciosa
por la senda que rasga aquel baldío
en sombra misteriosa
y en místico rocío
germina en mí su nombre, que es el mío
si atravesó mil fraguas
que en hielo ardía el corazón inerte
sacralizó las aguas
me sumergió en su muerte
y me dejó prendada de tal suerte
qué pregunta me llama
desde el fondo sin fondo de su espera
qué dicha me reclama
qué dolor a su vera
que no eleve una casta primavera
que llevo yo mis flores
y él retorna a mi casa su ballesta
la de amor y fulgores
en íntima respuesta
en lance ensimismado y selva enhiesta
ah sus ojos, sus ojos
que en luces impregnó tantas estrellas
clausuran mis despojos
con sus ascuas más bellas
inaugurando un suelo sin querellas
porque son tantas rosas
en la sola su voz de mi osadía
y lágrimas preciosas
me esculpen su valía
llenándome de perlas y ambrosía
qué noche dadivosa
ésta la tuya altiva y prisionera
qué música piadosa
desvela esa escollera
junto al mar do tu barca siempre espera
no te tardes, Amado,
que descalza te busco y desgreñada
mis pies por tu cayado
ahora que preñada
se desgarran detrás de tu alborada
las otras me codician
y murmuran de mí que voy demente
y más de ti malician
mi vida con tu fuente
y no entienden que danzo alegremente
ah, Señor, dueño mío
llévame por tus ondas a tu estancia
que siento tanto frío
y toda mi fragancia
clamando está por ti y por tu arrogancia
ÉL
Despierta, amada mia,
pues ya no me detengo
a puro cielo


Del libro Cantigas de enamorada de ANA MARÍA RODRÍGUEZ FRANCIA
Publicado en el blog rodriguezfrancia

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