domingo, 30 de septiembre de 2012

DIOS


Por Ignacio Verbel Vergara

Ha sido la incorporeidad la más grande garantía de la existencia de Dios. Un Dios corpóreo sería vulnerable. Es su catadura esencial la que protege y define a Dios. Un Dios de carne y hueso se parecería demasiado a nosotros y eso, de por sí, ya sería una enorme desventaja para Él.

Por eso, Dios, entendido como  núcleo de la sabiduría y fuente esencial de toda existencia, nos ha legado la materialidad como principio definidor del humano, pero poniendo las bases para que el ser de este, más que carne, huesos, linfa y sangre, sea determinada por su espiritualidad, la que no debe entenderse como sumisión, veneración y conjunto de ritualidades para honrarlo a Él. Dios no sería tan simple. Por eso, ha permitido que evolucionemos, desde los estratos más simples de la inteligencia hasta los más altos.

      Dios no pretende preocuparse ni meterse en nimiedades. Hacer milagros y estar protegiendo a toda hora a quienes le ruegan, harían de Él un personaje demasiado insulso, vulgar  y cotidiano. La magnificencia y la sapiencia de Dios es tal que no se unta de trivialidades ni de llantos. No lo apasionan los ruegos ni las oraciones, ni tanta devoción. Sabe que eso sería atentar contra la libertad que es el máximo don que Él nos ha otorgado. Dios no necesita que lo amemos ni que le temamos ni que nos humillemos ante su presencia. No necesita Dios creyentes signados por el fanatismo y la hipocresía ni de quienes esperen que Él tenga que resolverles todos los problemas.

Dios no es Jehová, ni es Yavhé, ni es Alá. Porque Es todos ellos. Dios no es un nombre. Es una suma de nombres,  de los que lo identifican como luz y  transparencia. Porque Dios no debería ser nombrado como Al-Qahhar (ElDominador) ni como Al- Mudhill ( El que humilla). Tampoco Al-Qabid (El Despojador). Ni Al –Hakam (El Juez). Ni Al- Muntaqim (El Vengador). Ni Yahwet- Tsabbaot (El Señor de los Ejércitos). Porque tales nombres desdicen de su Ser. En cambio, si podría ser nombrado como El Olam (El Eterno), El-Roi (El Que me ve), Ar- Rahman (El Más Misericordioso) o como As –Salam (La Fuente de la paz).

    Dios no necesita emisarios, no necesita profetas, no requiere de sacerdotes. Dios, que es la máxima luz, no necesita de mechones ni de rústicas teas que lo iluminen. Por eso, las toneladas de velas que queman en los altares que le han erigido, más que satisfacerlo, lo entristecen. Dios no necesitaba que Abraham le sacrificase a Isaac ni que los hombres escogieran para Él los mejores corderos ni las más brillantes y jugosas viandas.  Dios amaba a Caín tanto como a Abel, no hacía diferencias. Y, Caín, con una sapiencia silvestre dejó de malgastar los mejores frutos que la tierra le ofrendaba en vanas dádivas a Quien no las necesitaba.

      Dios es amor y el amor verdadero no pide nada a cambio. El amor real es tal porque no exige contraprestaciones. El amor es, se manifiesta, se instituye. Y nada más. No pide que le firmen pagarés ni cobra réditos. Dios que todo lo tiene, que todo lo posee, que todo lo crea, no solicita servidumbres ni dones por amar. Ama porque así lo ha decidido y porque es el amor el núcleo de su substancia.  No necesita la miel que le den miel. Ella se ofrenda y da alegría. No cobra por el servicio de ser nutriente y ser dulzura. Mucho menos Dios podría caer en el absurdo de demandarnos pleitesía o ritos en que gastemos y desperdiciemos bienes que podrían servir para surtir necesidades y menesteres  de la cotidianidad de los hombres.

      Dios es infinito porque es Tiempo. Nos es difícil entender la esencialidad de Dios, entre otras cosas, porque nuestro tiempo es muy corto aunque vivamos un siglo y le sumemos unos años más. Somos pasajeros, volutas de humo que, en un instante cósmico, nacen, crecen, se reproducen y mueren. Dios, en cambio, que es la suma de todos los tiempos y de todos los amores, de los que han sido en cuanto han sido y de los que serán en cuanto serán, parodiando un poco a Protágoras de Abdera. La semejanza que se dice tenemos con Dios no está en la forma ni en la corporeidad, está en que por Su gran amor , nos regala la posibilidad de navegar en una parte del Tiempo que es,  y nosotros, ilusos, en vez de disfrutar, nos dedicamos a  las guerras, a encender el horror, a abrir las compuertas del dolor, a dañarnos los unos a los otros, a disputar incluso por el mismo Dios ante la pretensión de que hay credos más esclarecidos, cercanos y asidos a  Él que otros. La nimiedad, la necedad y el oscurantismo llegan a tal punto que, en nombre de Dios se juzga, se zahiere, se condena y se mata.

      Dios ha sido, en síntesis, una de las grandes inspiraciones del hombre y por ello no puede este maniatarlo ni quitarle excelencia.  Si algo determina al hombre es que haya tenido la idea de un Dios bondadoso, libre, perfecto, eterno, poseedor de la máxima sapiencia y si algo desprestigia a Dios es que surjan por doquiera supuestos representantes de su poder y de su gloria, supuestos depositarios a quienes Él ha revelado lo que debe practicarse o prohibirse y castigarse. Dios es demasiado transparente y celestial para ceder su palabra, su poder y su gloria a unos sucios mortales que lo toman como medio para llenar sus cofres, para excluir y erigirse como depositarios de la verdad, la salvación y la vida.

Publicado en el periódico digital La Urraka Cartagena



EL VUELO


A una incondicionada amiga con especial cariño

El despertar de trinos en el patio interno, le anunció el comienzo de un nuevo día. Ella desperezó sus pensamientos y valoró el instante …
¡Era una concesión más! Otra oportunidad acaso, para que su agotado espíritu recorriera jardines de sueños, intentando retener la vida de quien descansaba en el lecho contiguo, vida que se le iba de las manos como una flor efímera, que se agota perfumando la partida ...
El creciente resplandor de la mañana reverdeció los pinos. En lo alto, como una fruta madura, y casi confundida con los colores del árbol, una cigarra hacía escuchar su canto sonoro, celebrando la vida con su breve y reiterada estridencia.
Todo predisponía a la ensoñación, pero ¿renovaría junto con sus sueños los momentos de dolor que hace dieciocho días concitaban su atención? ¿Sería acaso aquél el instante supremo ¿
Casi sin darse cuenta, la magia del momento, fue retrocando la realidad de esas horas marchitas en un ayer de felicidad compartida.
Comenzó a verla joven, animosa, vital. La pensó decidida, laboriosa, enérgica en sus caprichos. Ser vió a sí misma niña guiada por sus manos y creciendo entre tules, como una joya preciada. Volvió a aspirar el perfume del regazo materno desde la posesión de aquellos días, y en la espiral de su vocación volvió a sentirse joven, esposa soñadora, ¡madre por primera vez! … En la intensidad de ese instante abarcó los renovados ciclos de su vida, ese sendero misterioso que ahora desembocaba en la lenta planicie de esta espera.
Al encaminar sus pasos hacia el lecho de su madre, sintió que la caricia de su ternura envolvía el momento hasta hacerlo bendito. Se sintió cobijada una vez más.
En la azul transparencia de sus inevitables lágrimas se instaló para siempre aquella imagen. Sintió la maternal espera. La vió esperanzada y también niña. Y supo –secreta y definitivamente supo – que hoy era ella quien debía sostenerla entre los tules de sus propias manos.
Los trinos se hicieron más intensos. Entre refrescantes
gotas de rocío, la plenitud del día avanzaba sobre sus nostalgias. Como avanzaba el tiempo que se iba

Del libro "CUENTOS PARA DESPERTAR - 2007 de María Alicia Gómez de Balbuena
Publicado en la revista Mapuche 46

PENÉLOPE


Unas cuantas notas de guitarra empiezan a sonar.

Un puñado de niñas intenta emular tus movimientos, esos que en tu persona parecen tan naturales y hermosos a ellas les salen forzados y sin soltura.

Tu voz sobresale entre golpes de zapatos y estruendosas castañuelas.

Te miro con orgullo desde una esquina como muestras todo lo que has aprendido en años de duro trabajo y sacrificio.

Parece que fue ayer cuando tú eras una de esas niñas a las que ahora das clase y hoy eres el punto de referencia en el que tantos se miran.

Has logrado hacer del arte tu forma de vida y te admiro por ello.

Tu nombre siempre será sinónimo de grandeza y por ello serás recordada de forma tan especial por todos los que te conocieron.

Desde siempre y para siempre tu misma en cuerpo y alma.

Tú.

AZAHARA OLMEDA

EL GRITO


Bajo la lluvia
de gotas infinitas
las hojas otoñales
se arremolinan
sopladas por un suave
viento.

Un niño llora
en algún rincón
del mundo;
tan desgarrador
su grito
como el dolor
del que es
victima.

Al calor de una taza de té
me preguntó hasta cuándo
seguiré siendo cómplice
de la barbarie.

SALVADOR MORENO VALENCIA

PÁRRAFOS HUERFANITOS Y RECICLADOS


*Luego de la fase inercial
no quisiera desafiar conductos inestables
sólo para emitir conjeturas de mal aspecto

no creo que una palabra arriesgue
su religión solo por altruismo.

*Tantos santos discutimos
tanto prolegómeno para decir nada.
Un viento pederasta abrirá la carne en lisonjas.
Por suerte pudriremos.

La basura deshace recuerdos
seremos inocuos
inocentes de nuevo.

*Las almas copularon
para que nazcas en mis manos,
sin embargo fue morir de lejos

ahora sos herida
por manos sin asombro.

*Paseaba por tu nariz sin sandalias
dormí ciruja bajo tus párpados

pero no atreví a jalarte las pestañas
para que abras un poco de ilusión.

CHAO CLE MEN
Publicado en el blog La cocuzza

ME DUELES


Que me duelen los cristales
de esta cárcel sin tu voz
y se cuelan mil desastres
por los huecos de tu adiós.

Que me duelen las paredes
de esta lánguida prisión
donde suena un miserere
por mi alma y su dolor.

Que me duelen los rincones
de esta oscura habitación
donde hubieron corazones
solo queda sin tu amor
este espectro sin colores
y la nada en su interior.

Gustavo González 

JUGAMOS AL AMOR


(I)

Conjuramos, de nuevo adolescentes,
cada íntimo fervor que nos devora,
conspira la razón, el tacto explora,
a la vez libertinos e inocentes

Jugamos al amor, ambos conscientes
de cada restricción de espacio y hora,
tediosa circunstancia que aminora
nuestras expectativas más urgentes.

Callejuelas oscuras, solitarias,
aptas para las ansias incendiarias
que a nuestra edad abrasan todavía.

Ah, nuestro audaz, eufórico regreso
a los años de azul, a aquel exceso
más que de realidad, de fantasía.

(II)

Hoy renacen con ímpetu maduro
los anhelos de idilio, de flirteo,
ya cabalgando el potro del deseo,
o en la rosa sutil del amor puro.

Me aproximo, vacilo, me aventuro,
por no saberte súplica o bloqueo,
y es al fin tu espontáneo ronroneo
signo inequívoco, y me transfiguro.

Ausente ya vacilación y duda,
empiezo a verte, sin estar, desnuda,
y hasta el fondo del alma me percibes.

Jugamos al amor, y es nuestro juego
bamboleo entre vértigo y sosiego,
y nada te deniego ni prohíbes.

(III)

¿Jugamos al amor? No, no se juega
con las intimidades de la vida,
que nos brinda su trama entretejida
de sensatez, espíritu y entrega.

Nuestra locura de oro nos anega
en aluvión de fiesta enardecida,
pero hay algo mayor, que nos convida,
más que a intenso placer, a ofrenda ciega.

No juguemos, hagamos. Cuerpo y alma,
ternura y seducción, tráfago y calma,
conexión de intangible y desenvuelto.

Venga sobre ambos en diluvio de oro
cuanto férvida anhelas, cuanto imploro,
y en ti resida, en tu embriaguez disuelto.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-

NECESITO UN AMOR DURO


Inténtalo
Quiero verte en pie de guerra
Táctica y estrategia
Dinamita mi matriz
Detona mi boca
Hostiga mis huesos
Necesito un amor duro
Que borre huellas herradas

GLORIA NAOLA ODUARDO GONZÁLEZ -Cuba-

UN MOMENTO


Llega  un momento en que sí.
Llega un  momento en que no.
Llega  un momento en que tú.
Llega  un momento  en que yo.

En  el café  de La  Una
me dan de  pronto  las  dos
y las horas  por venir
se  enredan  en mi reloj.

Llega un  momento en que el agua.
Llega un  momento en  que el sol
se  viste,  naranja  niña,
de  canoro  ruiseñor.

Se endulza  y canta  mi lengua
con  volandera  ilusión
y le  salen alas  blancas
a mi rojo corazón.

Hoy  es ayer  y es   mañana
y yo no sé quien soy yo.
Llega un momento sin ojos.
Llega un momento sin voz.

Se   hace  el milagro  al  momento
y, en el jardín  del amor,
los  momentos se reducen
al instante infín  de Dios.

JUAN CERVERA SANCHIS -México-

A MI MADRE


Añoro el pan de mi madre,
El café de mi madre,
Las caricias de mi madre...
Día a día,
La infancia crece en mí
Y deseo vivir porque
Si muero, sentiré
Vergüenza de las lágrimas de mi madre.

Si algún día regreso, tórname en
Adorno de tus pestañas,
Cubre mis huesos con hierba
Purificada con el agua bendita de tus tobillos
Y átame con un mechón de tu cabello
O con un hilo del borde de tu vestido...
Tal vez me convierta en un dios,
Sí, en un dios,
Si logro tocar el fondo de tu corazón.

Si regreso. Tórname en
Leña de tu fuego encendido
O en cuerda de tender en la azotea de tu casa
Porque no puedo sostenerme
Sin tu oración cotidiana.
He envejecido. Devuélveme las estrellas de la infancia
Para que pueda emprender
Con los pájaros pequeños
El camino de regreso
Al nido donde tú aguardas.

MAHMUD DARWISH (1941 - 2008) Palestina
Publicado en la revista La Urraka 30

ESTE SUR


Accésit Poesía Internacional Andaluza 1998

Este sur de vara, ala de oropéndola
con amaneceres entre nostalgia.
Señorío, enjalbegado y hecho copla,
brindis de dioses, surco y feria,
nardos, olivos y aroma de albahaca.
Sale del hondo océano… y meciendo
velas y saeta, halla el rumbo entre los pasos
por la ancestral luz del alba enjaezada.
Este sur de rutas, mareas paganas,
besando alminares y alcazabas.
Esconde en dunas, nobleza de lirio,
repuja del fondo, metales y cepa,
toca las nubes, nace y se funde,
llorando galopa sierras y ríos,
que..entre las corolas, aroma  Rocío.
Este sur de patio, amor encendido,
doma los tiempos detrás de sus picos.
Llevando la luna hasta la sultana,
sube la dehesa mordiendo la encina
y la deja en sus campos, donde dormita,
dando paso al resurgir de un nuevo día.
Este sur de lira, Alhambra y cortijo.
Mezcla sus mares en estrecho abrazo,
como abrazan sus hijos la esperanza.
Sutil, gime esencia allende al recuerdo
se propaga… y maman en su regazo.
Este sur de cante, costal lacerado,
desgarra sus notas bajo palio verde,
plañidero, encelado, bebe esa magia,
que haciendo el camino, nos va hermanando.
Este sur de luz, aurora de oriente,
despierta en sus sueños… y ve
expandirse la cuna con su gente.
Este sur de junco, azul, verdi-blanco.
Es... un estigma clavado y dueño del tiempo.
Este sur, es el sur, siempre vivo ... presente.

Mayte Andrade / Benicarló
Publicado en mi Camino al Rocío

EL CARIBE


En el acuario del Gran Zoo,
nada el caribe.

Este animal
marítimo y enigmático
tiene una cresta de cristal,
el lomo azul, la cola verde,
vientre de compacto coral,
grises aletas de ciclón.
En el acuario, esta inscripción:
“Cuidado: muerde”.

Del libro El gran zoo de NICOLÁS GUILLÉN -Cuba-

EPÍLOGO


Epílogo de Daniel Battilana para la edición electrónica bilingüe castellano-asturiano del poemario “Del Franelero Popular” de Rolando Revagliatti.

“Ese silencio escrito que es la literatura”

“Hablar es la sustancia de nuestra presencia”

TODOS HEMOS SIDO HOMERIZADOS
Hace mucho tiempo, todo un mes pasó, atormentado por los rendimientos ensayísticos, repletos de hipótesis y cacumen, convenía con RR un epílogo. Me encontraba para entonces revisando la tesis del tiempo como símbolo y sus diferentes fantasías noológicas, el cuerpo y la palabra asociados a una parte que en nosotros envuelve la piel (qué cosa no envuelve la piel) y nos da esa sensación tegumentosa del transcurso; comparaba maliciosamente las leyes de Ur-Nammu, Lipit-Istar y Esnunna, mientras entablaba una discusión con Ananda Kumaraswami  sobre su ensayo “El cuerpo sembrado de ojos” y los  mandalas que Durero  calcaba … Aflojar con estos temas cruciales para el Cono Sur, enfriar todo y al choque de bolas de billar, tal un brindis incansable de taco y paño, volver. Así sabiéndonos ambos tan sensibles a la responsabilidad, te trataré Del franelero como de una pieza.
Del franelero popular no se aproxima ni cubre por sí mismo las posibilidades del corpus que merece ser atendido. Toda la obra de RR está ligada por señales de un lenguaje netamente autotélico (derramar un diccionario es un acto de belleza). Se hará evidente que estas palabras pretenden, también, ser la astucia que antecede a la definición; meditadas para el caso, plantan miradores, pretenden hacer que el otro comparta mirar donde lo hizo uno. Una palabra ajustada e incomprensible a veces suele señalar rumbos de estudios más atinados.
He diseñado para la ocasión cuatro hipótesis disfrazadas de palabra: pregunta, creencia, el cierto y máscara  para poder reunir ciertas notas verificables de la obra de RR. Aunque DFP como parte, es representativa del todo, la cantidad de publicaciones, reediciones y otros formatos elegidos por Rolando movilizan a una comprensión escópica, pues favorecen, por su orden aparente y escrupulosidad, la lectura. Dada la noción que esta lectura de Revagliatti –aquí, lo que se lee es a Revagliatti- fue dejando en mí con el tiempo, quedarme en esta pieza de escritura sería tratar una bagatela del potencial disponible.
En el “Existidor”, enjundioso ensayo de César Fernández Moreno dedicado a algo más que sólo la escritura de Macedonio, se pueden concertar las vocaciones y actitudes de lenguaje que, a reparo de una tímida estética, relacionan los forcejeos gramaticales y especulativos de Revagliatti con los de Macedonio. Disímiles en tópicos, ambos concurren hacia un proyecto ideológico singular –sin metafísica no hay proyecto ideológico-.  Estos quehaceres iniciados por el “viejo”  perpetuaron su referencialidad tanto como su incógnita… ambos escritores parecen droláticos a priori. Luego se aclaró este parnaso de incultura vs cultura  y, despojados de toda metafísica, los antagonistas sembraron de diferenciación y sospecha cualquier intento de cosa popular. Pretenciosos por demás, miniaturizaron de razones y de atajos de clase toda orientación extracanon; así concluye en sumiso prospecto toda seña de vanguardia. Este sesgo tan nuestro es la apoteosis de la imitación. ¿Qué imita? La inercia extranjera del letargo monográfico. Amago este comentario a riesgo de plantear una interpelación que el presente le debe a todas las estéticas y en particular a cada uno de los antecedentes localistas que tientan comparaciones, a mi entender, muy tenues al evocar autores que sabemos de antemano apreciados por Rolando. Ninguno de ellos postula para considerar a Revagliatti, sus poemarios y Del franelero como de epigonales.  Es notable cuán inverificable se torna cualquier conclusión basada en una semejanza.
Trato estas cosas como trato a todo lo heterodoxo, incluyéndome, contento de que exista la multiplicidad con calidad. Todo este excurso se surte de impresiones que al repetirse, avalan esta primera: La escritura permite nombrar lo que no existe, incrusta al ser en esa inexistencia, dejándole el espíritu alfabetizado; al menos por un rato, se creerá bueno.  Con esta otra: Todos hemos sido homerizados en el deseo de ser escuchados.

Próximo a la mesa, un plato con galitos de ananá y Dinah Washington coquetea con Bill Evans. Llueve, el vasto suicidio de los caracoles babea la pared, parecen hilos de otra lluvia más serena, hilvano, con esta dificultad que antecede, un baremo de impresiones; usamos sin modo ni asco palabras incansables, todas lo son, se desamoran de quien no significa, las toco a todas, nada avergüenza el método para el cual han sido escogidas y todo arde de entusiasmo en los que ignoramos la liturgia cool de escribir descafeinadamente.
Todo lo que estantea en mi biblioteca que sea de Revagliatti, lo he leído… está leído.
El primer ejercicio, antes del acto objetivante de escribir, es repasar la modernidad, lo más lúcido que me aparece es el poeta Marcial… mi escritor por antonomasia;  un desvergonzado metaforizando sin decoro sus relaciones y vínculos con crudeza. ¿Por qué lo cito? Es que no he leído lo suficiente de lo que ofrece la “literatura pura” y su correlato nativo; porque tiene vitamina C y E, C de contundencia y E de elocuencia. Actuales, sin mucho acomodo, pueden ser también, Estacio, Aulio Gelio, Canio Rufo, Donato, Victorino, Marso. Hay rumores argentinos de una modernidad ¿más lograda que esta? Vulgaridad con mayúscula; inteligencia para informar con desparpajo la ruina social y la miseria de todos los tiempos. Romper con todo ¿es hacerlo bien? El desenfado encuentra al lenguaje con lo real del sermo, a la vulgata le debemos el vigor y la sobrevivencia histórica del arte de escribir.  Sucedáneos sencillos, nosotros horrorizados frente al pasado. Lo difícil se cuela entre lo fácil para que no nos engañemos.  Ahora suena Korngold con “The sea Hawk” y “Captain blood”.
Me convienen estas frases y les agradezco: “man lernt nichts wen man Ihn liest, aber man wird etwas” es de Don Goethe (por Winkelman); “Perdemos el gusto, pero adquirimos el conocimiento.” (Voltaire); otra desigual es de un poema azteca donde un guerrero dice “por qué han de perecer los hombres -que por ti- gritan, gritan a la verdad queriéndola despertar”.  Me acompaña el temor de estas posibilidades: convertirme en lo que leo y que lo que leo se parezca cada vez más a lo que veo… Entonces, los que no leen ¿se parecen a lo que ven?

LO LEÍDO HA SIDO POR FIN SUBJETIVADO
Viendo el uso dialéctico que la psicología antepone al acto explicativo, comprendo el rol absoluto que las representaciones autosemánticas tienen en la escritura de Revagliatti. De lo contrario me quedo con el pintoresquismo eufórico de un rato.
Acometo Del franelero popular, una lógica sin intimidad con otra zona de juicio con moralina; detrás de toda gran frase se esconde una mejor… ¿Escuchaste, lector, el segundo en el cual RR, agotado su gárrulo contra nosotros tal un sacerdote “cachador”, te sacude con guasa y despección su mundo contaminado de sensorialidad? Te saca del dogma al que te apegas con resonancias pasadas, porque este poeta ancla sus significancias en el pasado del descontento. Para materializar la resignificación, la mejora quirúrgica de frases que se sospechan ya inútiles, ya minusválidas. Sólo donde el universal ha dejado de ser folklore, Rolando las reescribe las más de las veces unívocamente; otras, inmejorables.

Suena Dinah Washington, me avisa con “trouble in mind” la hora del fósforo con el espiral, los mosquitos se aíslan, flotan estrategas de mi sangre, Kant contrapone el hambre del mosquito diciendo que no puede ser, a la vez, virtud y derecho o también mosquito y hambre. Según obre, en las fases de cada situación, lo percibimos uno u otro; Aquino, de acuerdo a la solución escolástica, divide la virtud moral del hambriento mosquito en esperanza, temple y fortaleza (es lo que lo hace volar en realidad), justicia es sólo el grado de no dejarse picar. Aristóteles le confiesa a Alejandro, un discípulo más que tuvo, su temor a ser picado por el valor del mosquito (léanlo otra vez y verán que no exagero), dejando reservado el acto final de donarle sangre al insecto, a la justicia especial que dividía (quién no se acuerda) en distributiva y conmutativa. Para rascarme lo oculto, prefiero a Lock cuando dice que percibimos la cosa recién que otras pequeñas se juntan para recubrir su esencia de sustancia. No flít, fly.

DEL RIÑÓN ANALÓGICO
Toca el vamos de la idea que fructifica permanente de cara a un lector profanado por el calibre de la ocurrencia. Ingenio era, más ingenio lastimado.
Distintos urgentes: la pregunta como estamento analógico aparece al ojo infecundo como extravagante… Error. No, así no es. (Qué alivio es abandonar la tiranía de lo simple.) Decir así no se hace y respirar aliados de la melancolía; el cierto y la pregunta que tan bien se textacogen para el franelero. ¿Cuándo una pregunta es analógica? Sólo cuando es el objeto mismo el que la formula y la respuesta semeja una propiedad cuyo rasgo es detener el flujo inquisitorio y crear un bienestar en la mismísima impureza que delata, es una mayéutica que tiñe al lector con sabiduría mundana y propia, anulando su esperanza de todo conocimiento egoísta y ajeno.
Zulema, ¿acogiste a Benjamín cuando era libro?
Rolando, ¿te censaste la testa de puro macanudo?
¿Los consejos delirantes, los misterios de tu salud, las cínicas privadas te fomentan?
¿Te das cuenta, Zulema, cuál es su lema?
¿Te hablaron para venir o te callaste?
Acá van los que acaban.
El síntoma de mis montajes apócrifos (bendito artilugio) parodia la morfología inversa de su técnica haciendo aparecer a la pregunta como sujeto lógico y grado del más ajustado absurdo, no es un mero recurso, gravita la estructura mental de una personalidad inconforme y renuente de lo que critica sardónico. No hay facilidad más aparente que esta, el que se ríe también es víctima (al darse cuenta). La razón del ejercicio se agotaría en un novato (¿quedará algún maestro en nociones recónditas?) con sólo querer repetir y repetir preguntas de este tipo. Hecho que lleva al reposo semántico del sinsentido.  Eso no es Revagliatti; con la anuencia de Husserl, este franelero popular es prueba del empirismo como escepticismo. En Versos hasta acá y en Del franelero popular, se hace masivo uso del epigrama, un epigrama acriollado, adulterado por puntuaciones problemáticas que exaltan  y a la vez arman con rigor el error, llegando a tropezar con delicadezas de efecto y de lectura que considero antológicas.
En los verdaderos refranes, que son ahora los que ha escrito Rolando, conmueve el destino de la pregunta.

EL LIBRO, ESE EBRIO DE RUMORES
A falta de palabra para libro, muchas lenguas dicen el lugar para las palabras; en una lengua que prefiero apartar de la consulta, pregunta se dice donde penan las palabras.
Esta insistencia mía con la pregunta es por creerla diseñadora universal del sentido estético y solitario de la poesía revagliana; poética que se desnaturaliza hasta el punto de hacerse diálogo en el otro; así se ha consolidado en Rolando lo que otros autores rozaron no sin preocupación, ungidos en la tontería que disculpa a cualquiera que no quiere adentrarse seriamente en la zona negativa del humor, el homoludens rompe con algunas, sólo algunas premisas de prestigio, conserva las de grupo. Consulto un diccionario de “…” buscando humor y prestigio –aparece como valor potlach que garantiza la proyección- ; para la primera encuentro (as´t cha) de donde te vas y para prestigio-importante (d´ tál na) para que no seas. Qué pobres que somos en esta aldea cuyo diccionario sindicalizó los significados. El franelero no nos engaña, nos vuelve de donde nos fuimos y nos deja ser.
Todo está cautivo de un pacto circunstancial no hay órdago ficcional; Rolando recrea hábitos del habla de los años 40 y 50 que, aunque tardíos para mí, supe estar de niño y como niño dentro de esos estertores sonoros de un argot.  No tengo razones, pienso mal (todo es penuria en mi memoria quieta). La esperanza de poseer un lenguaje nacional ¿funcionó sólo como lengua editorial? La prensa de la prensa ¿mortifica la escritura periférica a los grandes temas con un modelo sitiado por la tradición de lo correcto? La poesía y Del refranero conspiran con alegorías de alegorías… Para la manía de profesionalizar el arte, montaremos un hospital interior que sane, sane, sane al escritor injuriado de garantías de herencias y vernissage, le devuelva la fe en la palabra (aún rota la palabra por la temporalidad, se mantendrá compuesta del imbrico significado…). A tener valor vinimos, también… y hay que escribirlo.

CÁUSTICA DE LOS DÍAS
Me aconsejé para esta parte que suene Rebecca (…un minón inaguantable) o claro, la música de Franz Waxman. Me aconsejé evitar, con amoroso desdén, ejemplificar (me resulta un recurso escolar). ¿Cómo cometer esa facilidad? Incomódese entonces y busque. Uno se pervierte en la brevedad del concepto y place, place, que place.
Un personaje me acompaña siempre que escribo, es un demonio metálico que llamo “el Hemismocario”, se parece a un perro sucio de alegría que me ladra justo, justo que lo voy a hacer bien, un sarnoso que llora si no adjetivo o asevero que camino en mi propio reñidero estético: el adjetivo ¿A la siniestra o a la diestra del padre? Atento al significado, recuerdo que la forma carece de sentido si no guarda secretos.
Se nos ve acomplejados con términos: verdad, real, popular, adjetivo, oscuro, género; el conductismo social emerge en los poetas con paletas “minimalísimas”,  vanguardia es la más ominosa esperanza de uno solo atrincherado contra un pacto de zonceras: La tribu urbana tiene un plan, el de ignorarse publicando.
El cierto de RR tiene por forma la exageración, una membrana locuaz disfraza sus aciertos de obvios. Su foco es tan necesario ahora, pero su preciso acabado lo deja sin continuadores, hacerlo bien es su condena. De fondo me desbarata la fantasía para saxofón, dos cuernos y cuerdas (w 490) de Villa-Lobos. Me desbarata un poco más…
En el discurso revagliano viaja un trío prenatal –es un niño que forcejea con el silencio-,  unido a fuerza de oprobio y desdén, pipetas de desdén. Del franelero  popular tiene algunas insolvencias cuyo descuido lo planifica el oficio. Con otro ejercicio fenomenológico, trato de degustar, prefiero este error pues talla un soberano de ideas donde sobran lectores confundidos con el aspecto popular del ideario revagliano (aspecto muy cultivado en él por él). Un esbozo infeliz pero vital el mío para esta hora tan silenciosa y amistosa de la poesía. El caso es que la poética de Revagliatti (¡sí!, hay poética porque hay recursos propios, descuido y una saturación de “insertos estimables”) cree en las palabras que, si se las deja solas, fecundan ideas. No es un secreto el cómo lo esencial de la vida evoluciona hacia la frase, la palabra nos escucha, habla de nosotros, se acomoda misericordiosa por un tiempo hasta que comprendemos y entendemos por el verbo de la idea. La escritura se deforma en presencia de nosotros, se vale de la plasticidad de los verbos. El verbo es un despavorido sin dueño que trasvasa sentido de lo intelectual a lo popular. Sea una entidad mayoritaria, una colmena, un hormiguero, todo se desplaza de lo falso a lo necesario para vincularse o alimentarse; es intelectualismo el acto de cargar y descargar de la experiencia y de la lógica, la mercancía de esta criba y de esta estiba es el objetivismo, nos ilustra con ilusiones, se oculta en ritos de apariencia para supervivir en forma de oralidad.

EL ESTRO LOCUAZ
Al Hemismocario (el perrito sucio que me da letra) le gusta la música de “The 4 horsemen of the apocalypse”, dirigida por André Previn, un viejo hallazgo ¿Me querrá decir algo el perrito? La perfección y la norma inmovilizan, es la prolijidad lo humano más posible y a ella se adhiere lo posible, se sujetan las repeticiones; cuán valiosas son las repeticiones, la restauración del yo perdido en las fantasías de la comuna. Me fascino repitiéndome, lo que no se repite se propaga. Cuando me repito, me cristalizo, me hago precioso. El vocablo que encuentro para repetir sirve además para intuición: dra´smá. Cuando intuimos, ¿qué repetimos?
El poema en RR es una épica que nace en su niñez, véase para ello todos los poemas que no pudo escribir por ser niño… La infancia es el estado semasiológico ideal, las semblanzas no son expositivas, se vive fuera de la explicación. El grado de la palabra-objeto hace de su escritura algo contingente, pertinaz. Ambos, el poema/ta se mutilan, esto se percibe en la voz de Rolando, que nos hace escuchar claramente la creencia que de su obra tiene. Ravaisson en El hábito disuelve el fondo y cree ver una dialéctica del apego hacia los bordes, tal una cenestesia agónica que mata todo intento de escritura nuclear ¿Quiere alguien ser un escritor nuclear? Creencia aquí no es el cristal ideológico sino la noción más autónoma de una cosa cuya relevancia es la de entablar discusiones sombrías con lo natural, la verdad aparece como un secreto entre cornetas; dos grillos que pretenden los ignore la tarde… escucho su voz (Rolando está leyendo) y no me engaño, es una oración que reclama se reinstaure el malentendido creador, quien le dicta la frase o poema es el vackta protoforme emergiendo en pequeños dilemas cotidianos; él está ligado a esta sonofilia siempre anterior a su escritura, esta cajita vocal de poder, toda garganta es un tobogán anudado al cuello. Rolando es un poeta cuando lee y un actor cuando escribe… y la voz es un mensaje, en este poeta lo encarna… ¡Tiene un mensaje!... Tiene un mensaje lo que no quiere agradar. Un vicio de elocución, artero, que proviene de cuando Rolando lee en público, repite y amplifica sus lecturas, es la perisología, un teatro fónico de énfasis en la dicción.
El Hemismocario quiere que me retire.
- Ya es suficiente Battilana, andate y dejame con Bobby Hackett y Jack Teagarden, vas a terminar como Feijóo, feliz por ilegible o real por irrepetible; soy un demonio femenino, te habito como pecado artificial.
Le contesto que esto es apenas un esbozo, un tributo de lo que puede un dios alienígena en curso, siempre en curso:
-Dame una oportunidad, un amigo es una ¡oportunidad! ¡Una negligencia! No me abandones, voy por el accésit, sóplame algo conmovedor para esos finales que me salen tan bien.
Esta demonio, cerbero de mis diccionarios, que me cacheteaba de niño gritándome metáforas existenciales por urgentes. Parásito ella de mi nombre o fastidio de amor, era entonces que corría y me tiraba debajo de mi sombra; me hacía soñar que masacraba peces hundiéndolos dentro de vasos con aceite de mamá, me atormentaba a palabras y significados; mamá estaba en todas las ventanas del día con vidrios que blindaban a la casa del mundo, sin saberlo, papá sembraba puertas para que me haga triste y aparezca el hombre de mi nombre; el Hemismocario quedó en un frasquito que enterré en el gallinero. Cesar para ser poeta.

PEQUEÑO  ESCOLIASTA ILUSTRADO
Un rumor a poesía suena a frufú: seda, beso de nadie… la mano se cansa en la seda por eso duerme en la carne, los ojos se fatigan en la forma de una lectura que por demasiado ortodoxa nunca será original, la ilusión de este valor es una intuición didáctica.
Qué alivio Rolando que no frecuentes esa salvación: una meta es decirte, Rolando, que a pleno tu poesía está en situación anfibológica total… Así declaro resuelto el cogito que apenumbra la poca comprensión que de tu obra se oía por ahí. Traduzco a Pitio, el emocionado, donde dice: “No vituperes la esperanza que la amistad brinda, esfuérzate en ponerte a su altura”.  Me traduzco cuando digo: “Lo bajo acudirá a ti tantas veces que confundirás lo real con la vida y así parlotearás exagerando de lo que te agita las horas. Otros repetirán tus gestos; inflamados por la elocuencia de lo simple, escribirán versos de los que ni siquiera dudarán los asnos”. De esta caricia emergerá la siderita siempre vulneraria en la sombra.

EL INTUS Y EL EXTRA
Para esta máscara poética ignorada por el escudo social, el vértigo sin la derrota. La máscara poética es una piel ajena y sinérgica para el desahogo que nos torna más posteriores que anteriores a nosotros mismos, hay reclusos de esta pantalla marchita de símbolos… el tiempo fructifica en el estro poético (Vivaldi con su “estro harmónico” hace sonar a la eternidad que concibe meretricia de favores y de muchachas hormonadas de ganas, la espera entre orgasmos es un luto que consuela manoseando a las expósitas sus turgencias. Ellas gritaban: “salvami dei poeti che il culo me lo cura sola”, etc., etc.): finge valores, jerarquías, finge cuerpos; no hay sombras para estos objetos, todas huyen hacia la poesía; en sombras vamos, salvo en el aspecto.
Lo bueno en un poeta es ese estado adánico de vivir eternando la primera vez pudiendo sólo poner por escrito la última, mientras un hacer simultáneo lo condena a la quisicosa de vivir como eterno (el amor es la máscara de la eternidad), con esa fraseología terminal de parecerse a lo que cree o de escucharse alguna vez entre los manes citado.
Qué dicha la mía de mántica inmóvil, poder escribir así tiernamente para un amigo que será otro al cabo de leerme, aunque atrevo antes de perderte que tan estólido no soy al suponer que uno pretende valer más que el lenguaje que usa, que somos grandes para morir y ya es hora de borrar todo de un poemazo.

Daniel Battilana. Haedo 2007

"LECCIÓN"


En casa de espumadera
me encontré con cucharon
y rompí el lindo jarrón
que adornaba la escalera.
Con un trozo de madera
para cortar la sardina,
me enredé y paré en la esquina
con un chichón en la frente.
Es que mamá nunca miente:
¡No se juega en la cocina!

Del libro A la 1, a las 2 y a las 3 de MAYDOLL MORALES PÉREZ

REDADA


Convocaron a toda la policía que pudieron, hasta a quienes se encontraban de vacaciones por otras
galaxias y aun por otros tiempos y espacios, les dieron un entrenamiento relámpago en cómo bregar con aquellos frenéticos inmundos insectos infelices tan descontrolados, se les dictaminó que tratarían de evitar la violencia, que tratarían de darles el ejemplo, aunque tampoco esperaban ninguna confrontación seria porque aquella raza no sabría qué hacer al verlos caer desde su cielo azul. Se comunicarían con los invadidos de manera directa, psíquica, para infundir y diseminar el respeto absoluto, pero por si las moscas también dieron un tedioso y rudimentario adiestramiento de lenguajes.
Llegaron estrepitosamente en sus variadas naves, todas abarcadoras pero ninguna en forma de platillo. Por todo el mundo se enteraron los ciudadanos de que era la llegada de la ley y del orden. En uno de los países de Sur América, uno de los policías intergalácticos no pudo resistir la tentación de resumir. Hizo un anuncio por el altoparlante de su nave, en perfecto castellano y con un marcado acento mexicano porque le pareció el más divertido para la ocasión: “¡Arriba las manos, cabrones! ¡Están toditos arrestados!”

Tony Báez Milán (Puerto Rico)
Publicado en la revista digital Minatura 121

LOLA JATTIN


Más allá de la noche que titila en la infancia
Más allá incluso de mi primer recuerdo
Está Lola - mi madre - frente a un escaparate
empolvándose el rostro y arreglándose el pelo
Tiene ya treinta años de ser hermosa y fuerte
y está enamorada de Joaquín Pablo - mi viejo -
No sabe que en su vientre me oculto para cuando necesite
su fuerte vida la fuerza de la mía
Más allá de estas lágrimas que corren en mi cara
de su dolor inmenso como una puñalada
está Lola - la muerta - aún vibrante y viva
sentada en un balcón mirando los luceros
cuando la brisa de la ciénaga le desarregla
y el pelo y ella se lo vuelve a peinar
con algo de pereza y placer concertados
Más allá de este instante que pasó y que no vuelve
estoy oculto yo en el fluir de un tiempo
que me lleva muy lejos y que ahora presiento
Más allá de este verso que me mata en secreto
está la vejez - la muerte - el tiempo incansable
cuando los dos recuerdos: el de mi madre y el mío
sean sólo un recuerdo solo: este verso

RAÚL GÓMEZ JATTÍN (1945 - 1997) Colombia
Publicado en la revista La Urraka 30




EL LIBRO COMO PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD


Odalys Leyva Rosabal. Cuba

Se dice que el perro es el mejor amigo del hombre, desde mi interpretación el libro es el mejor amigo del hombre, patrimonio de todo lo vivido por él, muestra fehaciente de cada etapa de vida, costumbres, hábitos, movimientos generacionales, sirve como una amplia gama de directrices metodológicas para la comunicación con el público lector, para la presentación del patrimonio in situ a ese público, y para trasmitir un mensaje que en lo posible trascienda, convirtiéndose en un patrimonio con fuerza objetiva que cuenta con recursos ilustrativos para dar una información de los hechos, el libro puede ser en sí una forma emocionante y provocativa de mostrar ideas y criterios del escritor; pero mostrándoles los rasgos culturales, explicándole sobre un lugar o el deseo de crear un ambiente donde el lector se ilusione o se fascine y se haga presa de ese libro que contribuye a mostrar alegrías, dolores existenciales, evolución histórica de un determinado país o de varios países porque este libro se vuelve una albacea de lo que es el producto del hombre y su interrelación con el
Universo.
Pudiera nombrar muchísimos libros que han despertado mi interés, más prefiero mostrar uno que es patrimonio de Guáimaro, cuna de la constitución de la República en armas, en ese libro se refleja la identidad de sus pobladores, la razón de ser del guaimareño, me refiero al libro Historia de Guáimaro, Tomo, I y II, editorial Ácana de Camaguey, …..este libro produce conexiones emocionales y cognitivas entre los intereses de los lectores guaimareños y también del país, porque forma parte de nuestra historia patria, menciona datos históricos importantes que son parte necesaria de nuestra cultura nacional y de la formación de la cubanidad, quiere decir que existen significados e interrelaciones de nuestro patrimonio a través de las experiencias de los escritores, en este caso Desiderio Borroto Valdés y Desiderio Borroto Fernández.
La palabra traduce el ambiente y no pierde su significado, llamando al lector a abrir su sensibilidad, su conciencia, entendimiento y entusiasmo, de este modo el lector se enamora y el libro que es ya un patrimonio se vuelve un conjunto histórico, un patrimonio cultural tanto tangible como intangible. Una obra con valor patrimonial entraña un desafío constante porque allí beben los investigadores e interpretan el significado y valor cultural.
Digamos que por patrimonio cultural comúnmente se entiende el conjunto de bienes materiales e inmateriales que hemos heredado del pasado, que estamos disfrutando en el presente y que merece conservar para el futuro, nos interesa aquí hacer mención al disfrute, que equivale a decir incidencia social, porque esto es en realidad lo que convierte a estos bienes culturales en patrimonio.
El patrimonio cultural es la síntesis simbólica de los valores identitarios, de una sociedad que los reconoce como propios, el patrimonio constituye un “documento” excepcional de nuestra memoria histórica y, por ende, clave en la capacidad de construcción de nuestra cultura, en la medida de que nos posibilita verificar de forma acumulada las actitudes, los comportamientos y valores implícitos o adjudicados de la producción cultural a través del tiempo junto a estos testimonios de pasadas
espiritualidades, recibimos otra serie de documentos del campo teórico, filosófico, literario, etc que complementan tal perspectiva de análisis y comprensión. El patrimonio cultural es una obra colectiva, producida por el conjunto de la sociedad.
Pienso que se deben desarrollar más eventos donde se intercambie información y experiencias sobre la interpretación del patrimonio. Digamos que un libro después de ser escrito deja de ser del escritor para pertenecer a la sociedad, y de tanto leerse o interpretarse se convierte en patrimonio, mencionamos la obra de Miguel de Cervantes y Saavedra: “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, aquí el
escritor crea un personaje que ha llegado a convertirse en un ser con carne y hueso para el público lector, tanto se dio a querer este personaje que llegó a ser más famoso que el propio escritor. Este libro es un patrimonio de la humanidad. Sin embargo Cervantes fue acusado de ser un hombre raro, una desgracia nacional. Criticar a un clásico o definirlo como hombre raro es atreverse a interiorizar en un mundo sublime de anchuras y estrecheces. Un modo donde el sujeto pensante con una función de profeta se adentra varios siglos a su época. El don de la literatura hace de las pequeñas cosas un mundo turbulento capaz de hacer llamear a los hombres que despiertan siglo a siglo. Miguel de Cervantes y Saavedra, fue de esos hombres, atrevidos dioses que conmocionan a la humanidad. Ella no le permite
reposar en la tumba tranquilamente, porque cada despertar lo valida como uno de los grandes de la literatura universal.
Sin embargo, Federico Nietzche (1844-1900), planteó: “Cervantes forma parte de la decadencia de la cultura española, es una desgracia nacional”. Este texto inédito de Nietzche, escrito en 1877, fue revelado por Andrés Pascual en el prólogo de la traducción a Genealogía de la moral (Alianza Editorial, 1972). Y estudiado en el libro El Quijote liberal de Fredo Arias de la Canal.
Y luego prosigue Nietzsche: “Cervantes había podido combatir la Inquisición, mas prefirió poner en ridículo a las víctimas de aquella, es decir, a los herejes e idealistas de toda especie. Tras una vida llena de desventuras y contrariedades, todavía encontró gusto en lanzar capital ataque literario contra la falsa dirección del gusto de los lectores españoles; combatió las novelas de caballería”.
Pienso más bien que Cervantes, como el escritor norteamericano Walt Whitman, quiso hacer un cambio en la mente del lector español, fue un revolucionador de juicios. Trató de formar hombres con ideales superiores. Ubicó su acción novelesca, según su percepción estética. Quiso transgredir los límites aunque el conflicto con la identidad, con el criterio nacional o la conciencia del hombre español fuera el
resultado. Las sólidas razones del escritor hicieron su historia desde sus gustos.
Historia que se universalizó. Entonces la óptica de Cervantes no fue desacertada, su conciencia fue una suerte de la creación, de la representatividad privilegiada. Expresó la solidaridad con un sentimiento trágico insertado al yo y a la España que vemos en su obra El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, nos ofrece las honduras de su riguroso juicio. Su capacidad contestataria a los sufrimientos con un diálogo profundo, triste e imaginario entre sus personajes principales Sancho y Quijote. Su
visión era un obstáculo en las estéticas de su época, en los estilos peculiares de los escritores de novelas de caballería. Fue posiblemente Lord Byron (1788-1824), en el canto decimotercero, Cap. IV, de su Don Juan, el primero en criticar a Cervantes: “Cervantes, al ridiculizar la caballería española, acabó con ella. Bastó su burla para abatir el brazo derecho de su patria; desde entonces han sido muy pocos los héroes que ha dado España. Fascinado por el encanto caballeresco, el mundo abría paso a su brillante falange. La obra de Cervantes fue funesta y la ruina de su patria ha sido el elevado precio que pagó por la gloria del escritor”.
No coincido con Nietzche, ni con Lord Byron. El Quijote fue el resultado de las exigencias del progreso. Una razón que trató de legitimar una respuesta a los cánones existentes. Era una caracterización de su alma nacional enmarcada en el desequilibrio del status social de Cervantes. Su incertidumbre enmudecida giró buscando su esplendor, brindando su luz con una óptica integradora, replanteando la probidad del hombre, la burla comprometida con las grandes masas. Demostró que se
equivocaba Nietzche que el fue afortunado al cultivar la sátira. Y como dijera José Ortega y Gasset (1883-1955) en su libro Meditación del Quijote (1914): “Seamos sinceros: El Quijote es un equívoco, todos los ditirambos de la elocuencia nacional no han servido de nada, todos los rebuscos eruditos en torno a la vida de Cervantes no han aclarado ni un rincón del colosal equívoco: ¿Se burla Cervantes? ¿Y de qué se burla?”
Ortega, en su interrelación con la cultura española, concretó sus ideas y no aceptó la marginación de la obra El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Su respuesta intelectual fue conocida y no estimó las aseveraciones peyorativas.
Entendió el equívoco de Byron y Nietzsche. Cervantes no se burló de la caballería española, ni de los herejes e idealistas, sino del santo oficio de la Inquisición, institución creada por Fernando de Aragón para el ejercicio del control político de la Corona. Lo que en el siglo XX se reprodujo como la KGB, GESTAPO stasi, etc.
Ortega dispuso de su palabra al prevenir al pueblo español: rompió con los patrones, con su existencia que se despertaba con respeto. El Quijote era comidilla, murmuración: No, no podemos seguir la tradición. De entre los escombros tradicionales nos urge salvar la básica sustancia de la raza, el módulo hispánico2.
El Quijote es una obra inmortal. Siempre llamará a la duda, y ocupará un sitio en la mente de los investigadores. Aquel personaje fruto de la imaginación se debate entre nosotros como un hombre real. Será una bella significación, una burla confiable y excepcional, un ser original que anuncia su nacimiento cada vez y nos inquietará con su lectura.
Por eso el patrimonio es un factor de desarrollo, es parte indisoluble en la configuración del escritorio, el patrimonio deja de estar centrado en los objetivos para evocarse al contexto. Hay que identificarlo, protegerlo e interpretarlo por tanto creo que un libro es parte real y tangible de nuestro patrimonio histórico, en él estamos vivos ustedes y nosotros, somos personajes de esta gran novela que es la vida, por tanto la interpretación del patrimonio histórico es la difícil tarea que a la vez sufre la misma problemática que domina a la historia.
La historia no es un ente absoluto, sino que a través del tiempo ha compartido diversos conceptos distintos de acuerdo con la ideología en cada momento, tampoco hoy en día se puede hablar de una sola historia, ya que en un mismo país y entre historiadores profesionales pueden existir diversos conceptos que ante los mismos hechos y objetos históricos, ofrecen interpretaciones diversas y a veces contradictorias. No ven del mismo modo los escritores cubanos Luis Álvarez y Roberto Méndez a Gertrudis Gómez de Avellaneda, cada escritor tiene su perspectiva y lo que para unos es sumamente importante para otros no lo es, creo que el patrimonio lo es en sí cuando es admirado por muchos. La historia nos permite comprender la intima relación entre las obras y el contexto socio cultural en el que
fueron realizadas.
Quizá existan libros que en el presente no tengan una determinada trascendencia pero con el decursar de los años despierte el interés de los lectores y contenga el modo de vida de una sociedad ¿Cómo viste? ¿Cómo se alimenta?, sus costumbres y sirva de fuente de conocimiento. Creo que los libros de crónicas son excelentes patrimonios, pero un libro de poesía, de novela, cuento o ensayo puede revelar
también una época determinada, veamos a Cecila Valdés, es una novela que nos lleva a conocer a la Cuba de la época en que fue escrita por Cirilo Villaverde, un exquisito patrimonio. El libro es esa fuente viva que cuando la abrimos mantiene efervescencia, de un modo u otro todos los libros son partes de nuestro patrimonio.
Yo sigo pensando en el libro como el mejor amigo del hombre, y usted medite, yo sigo con mis percepciones al hombro.

Publicado en la revista Oriflama 20


HE VUELTO A SER BELLA...


He vuelto a ser bella
y quizá sea éste mi último otoño.
Más bella que cuando le gusté en el sol,
bella, y vana a sus ausentes ojos,
como una hoja de sombra...
Pero algunas noches,
en el silencio que ya no turba el llanto,
invocada me siento
con desesperada sed
por su boca lejana...

SIBILLA ALERAMO -Italia- Traducción de Carlos Vitale
Publicado en la revista LetrasTRL 50

V E R S O S


Versos, mis tristes versos, instrumento
de un corazón dolido y sentenciado
a morir sin amor, sin sentimiento,
de la pena y el duelo, abanderado...

Versos, mis tristes versos, la respuesta
de un porvenir incierto e intrincado,
de un intelecto herido en plena gesta
y prisionero inerme en raso páramo.

¡Difícil remontar abrupta cuesta
sin encontrar el favorable bálsamo
que sane las heridas purulentas
y difunda en mi vida olor de sándalo!

Olga Charles, México
Publicado en la revista Carta Lírica 17

SONETO SERRANO


No la reseca fruta ultramarina
ni la importada rosa, te prometo.
Ni néctares pedidos al Himeto
ni pedrerías de extranjera mina.

Hermano móvil de la orquídea andina,
abeja de esta sierra es mi soneto;
para ti trae: aroma de cafeto
y sabor de naranja marcalina.

Que el imperio solar de tu mirada
funde huertos de amor en la bronceada
y temblorosa piel de mi canción.

Estalle, al fin, como en el pino el rayo,
como simiente de maíz en mayo,
la ternura nuclear del corazón.


Jaime Fontana Honduras

Publicado en la revista Isla Negra 322

LA DÉCIMA


Es la décima de España
Que al no gustarle la uva
Vino a refugiarse en Cuba
En un canuto de caña.
Se ocultó bien en su entraña
Después que ayudó al mambí
Y estuvo soñando allí
Una larga primavera
Esperando que naciera
Jesús Orta, Naborí

Benito Hernández Cabrera
Publicado en Malaras y curiosidades 23

15


En este lugar se ve
el rico vueltacaimán,
el falcón, el gavilán
y el sucio querequeté,
El tocororo que es
precioso por su color,
el sinsonte trinador,
el rey de la melodía
y honrando la sitiería
el famoso ruiseñor.

Del libro La hospitalidad de AGOBIO HERNANDEZ PADRON 
Publicado en Malaras y curiosidades 23

LIBRO


Libro "Antigüedades", de Ediciones Cardeñoso, Vigo, A Coruña

Se acaba de editar el libro "Antigüedades", de Ediciones Cardeñoso, que recoge el microrrelato ganador y los finalistas y seleccionados en el III Certamen de Microrrelatos de Cine "Arvikis-Dragonfly 2012".

Entre los que aparecen está mi relato "Mi adorada Jean", que fue finalista en dicho concurso literario.

Correo para pedidos: edicionescardenoso@mundo-r.com

Publicado por Francisco J. Segovia -Granada-

TIENDA A TIENDA


Perseguía tienda a tienda tu lucidez serena entre susurros de admiración y el viento que formábamos como sogas invisibles impregnadas de la fuerza de la envidia.

Absolvía la resolución de la prisa y las tiendas volaban imparables.

Tiendas de bolsos, zapatos, cinturones,
en las que exhaustos absorbíamos la mañana de primavera de calima y nervios.

En una tienda, entre el desgarro y la lírica, la voz de Sabina crujía la insolencia de decir “te quiero más que a mi vida”.

En otra, tristes cinturones colgaban escondidos y ojerosos tras una puerta cualquiera.

Comprobamos varias veces el éxito y el fracaso después de subir y bajar como montañas de lava tiendas y más tiendas desgastadas de sueños, en busca de la certeza que siempre se cierne sobre los instantes.

Tarde o temprano seré, me dije, el soplo de la ayuda no necesaria y el agradecimiento (de la compañía) disipará la postrera acción.

Y todo queda, aunque como fantasmas de piel pululáramos por entre el gentío que no existía pues sólo éramos el suspiro de nuestras sombras.

Dejábamos atrás los sueños de la prisa y las zancadas y el buscar sin encontrar hasta que en la primera tienda en la que miramos, se hizo visible todo.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

sábado, 29 de septiembre de 2012

PRÓRROGA


Queridos integrantes de la comunidad masmedular, hemos extendido el plazo para envío de novelas hasta el 10 de octubre (último plazo) dada la enorme repercusión que ha tenido nuestra convocatoria,
y debido a los pedidos que muchos lectores/amigos/escritores  nos han hecho pidiéndonos más tiempo.
Importante: por favor envíen sus obras a la dirección de email  que figura en www.revistalamasmedula.com.ar

AMOR PALEOLÍTICO


 Para mis amigos y amigas

He visto mujer
dos piedras grandes
como soles oscuros en su pecho

La he visto piernas
tras la roca escondida
de pie hacer la lluvia

Me ha visto mirarla
erguido pedernal en mi mano
como trueno queriendo su noche.

Publicado por Juan Carlos Céspedes (Siddartha)  

LA MODA DEL "CINCO Y CUELGA"


Por Nadim Marmolejo Sevilla

Hay una nueva moda en Colombia. Es la de hablar durante cinco minutos por celular de manera gratuita, impuesta por las compañías de telefonía móvil, que conlleva la interrupción de toda llamada al cabo de ese tiempo para alargar el plan prepago o postpago adquirido por cada quien. Y se ha vuelto tan común que, como pasa casi siempre en estos lares macondianos, ya le pusieron nombre. Se trata de la moda del “cinco y cuelga”.

     Una costumbre que, a simple vista, pareciera que la promueven mayormente los jóvenes, debido, quizá, a la implicación favorable que tiene para sus bolsillos escasos de dinero, casi siempre, la gratuidad de tal tiempo al aire. Y que seguirá agrandándose con ímpetu dado el creciente número de abonados nuevos que cada día reportan las empresas del ramo en el país, según lo indica un informe de la Superintendencia de Industria y Comercio sobre el comportamiento de dicho mercado durante el primer trimestre de 2012.

     A los estudiantes, ya sean de secundaria o universitarios, estos cinco minutos gratis se constituyen en el salvavidas perfecto de sus necesidades de comunicación “sin gas”, que significa en el lenguaje coloquial de ellos: sin gastar un peso, con sus familiares elegidos o amigos. Y es el alimento vitaminado del ocio y la cultura del correvedile que abunda en nuestra sociedad, de acuerdo a como lo ven algunos. Con tal atractivo a los muchachos y a las muchachas de hoy no les queda difícil convencer a sus progenitores de que les compren un teléfono móvil.

     De ahí que la expresión “Ya te vuelvo a marcar”, es la más empleada actualmente en el país pues cada cinco minutos alguien la pronuncia para cortar una llamada telefónica. Pero esta moda no es sólo de los jóvenes, los adultos, con o sin buenos ingresos, también han acogido la misma usanza impulsados por el innegable beneficio económico que contiene, pero son poco dados a mostrar que realizan tal práctica con o más frecuencia que la juventud. Por lo que también se está volviendo normal encontrar a alguien de edad madura haciendo alarde de contar con ese recurso para hablar sin costo con sus hijos, familiares o allegados. Cosa que igualmente pasa con los empleados, vendedores callejeros o estacionarios, taxistas, funcionarios públicos, en fin, que no dudan en sacarle provecho a la nueva circunstancia.

    No obstante, hay muchos a los que les cuesta volverse “cincominuteros”. Existen personas, aún, que olvidan estar atento al tiempo que corre y se dejan agarrar del sexto minuto que ya tiene costo. Normalmente, esto le sucede a personas que cuentan con planes de minutos que les alcanzan para hablar sin parar el tiempo que quieran o consideran de mal gusto o vergonzoso darle un tijeretazo intempestivo a la charla que sostienen, ya sea por tratarse de algo sumamente importante o porque el interlocutor podría no volver a contestar si corta la llamada. Lo que suele ocurrir en los casos en que el objetivo de la misma haya sido cobrar una deuda o intentar recobrar un amor contrariado u otros asuntos de ese estilo.

     Esto último le ha pasado a Roberto, el vendedor de aguacates que recorre los barrios de la ciudad, quien comentó que sus cinco minutos gratis los ha utilizado estos días para llamar a una ex novia que tiene en la periferia, tratando de restablecer la relación. Sin éxito. “Siempre que le vuelvo a marcar, no me contesta, dice. “Y como no le meto sino unos dos mil pesos al teléfono, no me arriesgo a hablar largo porque gasto todo de un sólo tajo”, agrega desanimado. Ando jodido por eso, declara.

     Por su lado, Paula, una mujer ejecutiva que trabaja para una empresa multinacional, señala que es muy bueno contar con esos cinco minutos ya que sirven para hablar con sus hijas mientras están en el colegio sin que represente costo para ella. E igualmente para las niñas cuando tienen deseos o necesidad de llamarla.

     Pero no se contuvo para quejarse de algunos clientes que la han puesto como elegida y utilizan sus cinco minutos gratis para hablar de negocios y la ponen a soportar la suspensión temporal de la conversación a cada momento. “Eso me parece descortés”, afirma. “Cuando se interrumpe una charla de estas se afecta la integridad de la misma y el negocio puede sufrir las consecuencias. “Esos clientes me atormentan el rato”, anota, dibujando una sonrisa tenue.

     Por su parte, Antonio, cuenta con entusiasmo que para él, cuya paternidad ejerce a la distancia la mayor parte del tiempo, estos cinco minutos han sido el puente que le permite estar a diario al lado de sus hijos para ayudarle en las tareas del colegio. “Ahora paso mucho tiempo con ellos sin estar en casa”, anota convencido de que es lo mejor que han inventado las empresas de celulares aunque duda que tales minutos sean totalmente gratuitos ya que las empresas nunca pierden y de seguro esos costos los recuperan por otro lado.

     En fin, tal como van las cosas, el negocio de la telefonía celular goza y gozará de buena salud por buen rato. Y la nueva moda seguirá expandiéndose porque es difícil no aceptar cosas gratis. A caballo `regalao` no se le mira el colmillo, dice la sentencia popular. Así que adoptar la nueva moda del “Cinco y cuelga” es sólo cuestión de tiempo.

Publicado en el periódico La Urraka Cartagena

CANSADO DE ESCRIBIR SOBRE PÁJAROS


Cansado de escribir sobre pájaros
de verlos escucharlos cada mañana
de leer sobre pájaros
suaves y rápidos cansado
cansado de esa imagen repetida
acabé con todos
los pájaros del vecindario
después acabé con los pájaros de los poemas
después con los poemas
y por último soñé
soñé que yo era un gran pájaro
y no me animé
bajé el cañón del revólver

 Juan Carlos Moisés -Argentina-
Publicado en la revista Mapuche 47

LA MALDICIÓN DEL OSITO TEDDY


 Al cumplir los nueve años empezó a deteriorarse de una manera pasmosa. Fue al día siguiente de su cumpleaños cuando aparecieron los primeros síntomas. Su madre creyó que era puro cansancio y empacho, tanto saltar en las colchonetas que alquiló el abuelo, toda la tarde comiendo los dulces que había preparado “Nanny”.
La mujer comenzó a alarmarse cuando una semana después el muchacho iba a peor. Unas preocupantes bolsas violáceas asomaron bajo los ojos del pequeño Nicolás. Conforme iban pasando los días parecía cada vez más delgado y débil.
Consultaron a los mejores especialistas médicos durante meses y ninguno lograba dar con la enfermedad que se estaba llevando de forma tan atroz la vida del miembro más joven de la familia.
Nicolás no logró cumplir los diez años. La última noche que pasó entre los suyos el chiquillo deliraba con muñecos con los ojos inyectados en sangre que absorbían el alma de los niños y con maldiciones ancestrales de las que nadie podía escapar. Los desvaríos  eran tan desagradables que su padre decidió que lo mejor era sedar a su hijo y concederle unos últimos momentos dignos sobre esta Tierra.
Meses después de la muerte de Nicolás su madre decidió que era el momento de desprenderse de la mayor parte de los juguetes de su pequeño. Los camiones serían perfectos para Juanjo, el mejor amigo de su hijo, las figuras de soldados serían para Marco, su primo más querido. Y el “Osito Teddy” con esa siniestra sonrisa, que ni siquiera recordaba que tuviera cuando lo compraron sería el recuerdo ideal para Clara, la hija de la vecina. Lo metió todo en una caja y con un nudo en la garganta se dispuso a repartir las escasas posesiones que Nicolás había ido recopilando durante su corta vida.
Al día siguiente Clara comenzó a encontrarse cansada e indispuesta.

AZAHARA OLMEDA

SALIR DEL SUEÑO DESDE EL SUEÑO I


El aire parece turbio
Como si un gigante de un soplo
Lo hubiese enmohecido.

Salgo del sueño desde el sueño
Mi cuerpo se debate
En una especie de agonía
Todo en él parece haber sido activado
Mediante convulsiones y espasmos,
Frío, ahora,
Luego, al instante,
Calor; más frío luego
Para ir al fuego.

Febril miro mis ojos
Que se escurren
Hacia abajo en la taza del váter
Donde un leve intento de vómito
Se descompone.

Del poemario Salir del sueño de SALVADOR MORENO VALENCIA

APIÁDATE


Apiádate del sol
y déjale pensar
que es suyo ese fulgor,
si sabemos los dos
que su espejo es tu mirar.

Apiádate del mar
y déjale creer
que es suyo es vagar,
si sabemos que no es más
que el reflejo de tu andar.

Apiádate de Dios
y déjale rezar
postrado en el dolor
de no ser ni tú ni yo,
de no amar como tú y yo
sabemos solo amar.

Gustavo González 

EXTÁTICO RECODO


He vuelto a ver el ángulo infinito
de tus muslos abiertos, y en su abrazo
esta vez recibí el espaldarazo
que me arma caballero favorito.

Llevo tu acoplamiento circunscrito
en torno a mí, sedoso ramalazo
de tibia piel, que aferro y atenazo
con firmeza de bloque de granito.

Qué acogedor, extático recodo,
al que resbaladizo me acomodo,
en el que torrencial me verteré.

Me pierdo en el fervor de este adulterio
que es transparencia, símbolo y misterio,
y nunca acierta a preguntar por qué.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-

LEJANÍA


A:Maricruz

Deja que en la lejanía
se pierda la mirada,
deja siga aquél camino
hecho de azules lágrimas.
Deja que en la orilla
del mar lejano
vea las borrosas huellas
de quien tanto
anduvo a mi lado.
Deja que las estrellas
lloren sobre la noche
y la brisa del viento
traigan su olor de azahares.
Deja que empiece el alba,
que quiero recorrer...
la misma distancia,
que quiero...
buscar a ciegas
el calor de su mirada.

Mayte Andrade/Benicarló de mi libro inédito ESTELAS

INVOCACIÓN DIABÓLICA


Traigo a la memoria mi apetito sexual

Lo invoco

Me ciñen:

Cabezas

Troncos

Extremidades

Alegrías

Lamentos

Mejor no haber amado

Por lo menos

No tienes que luchar contra los recuerdos

GLORIA NAOLA ODUARDO GONZÁLEZ -Cuba-



DESDE LA OTRA ORILLA


Por Juan Cervera Sanchís -México-

   No, no podía creerlo. Supuse que debía estar soñando: “Aaahhh”, murmuré con decepción. Sí: aquello era la peor de las  burlas. No podía imaginarlo y lo estaba viendo desde mis lúcidos párpados. Porque todo era luminoso. La luz había adquirido un fulgor desacostumbrado. No era la luz ordinaria de siempre. Los colores me resultan novísimos.
Estaba, de hecho, sucediendo algo hermoso. Sí: era  todo muy hermoso. Mi cuerpo no me  molestaba. La pesadez de mis piernas había desaparecido. Mi dolor de riñones. Mi dolor de cabeza. Todo lo que antes me era molesto había desaparecido.
Lo que  no había desaparecido era aquel ramillete de amigos, que yo quería  hacer desaparecer de  mi vista y no podía. Ellos estaban allí. Decían mi nombre. Lo repetían una y otra vez y, oh misterios de la vida, estaban llorando, llora que llora por mí. Aaahhh piara  de hipócritas. Pensé escupirles. Deseé gritarles: ¡¡¡Váyanse de aquí!!! Les grité y ellos siguieron allí. Mirándose unos a otros, escondiéndose a la  vez unos de otros... y diciendo mi nombre y lamentándose... de no sé qué se lamentaban, porque
yo, de no ser por  su presencia, me sentiría mejor que  nunca.
Nada estaba  claro. No entendía muy bien lo que estaba pasando. Vi que flotaba por el salón y que podía traspasar las paredes, los techos...me alejé del salón donde se conglomeraban ellos.
Vi la noche. El cielo. Las estrellas. Y la noche era diferente.
El brillo de las estrellas me impresionó. Jamás había visto nada  semejante. Algo me empujó  hacia dentro. Retorné al salón donde estaban ellos  hablando de mí... Llegó entonces Elena toda vestida de negro. Ellos se levantaron como movidos por un resorte, cual si fuesen juguetes. Elena gritó mi nombre
y lloró a  torrentes, como toda una y bien entrenada plañidera.
Ellos , unos tras otros se le acercaron y la fueron besando entre palabras de consuelo. A mí, al ver todo ello, me entró una risa loca y empecé a lanzar carcajadas, pero ni ella ni ellos parecían oírme. Me di cuenta que algo estaba pasando que yo no alcanzaba a entender, pero  que nos distanciaba entre sí. Era algo como si estando en el mismo lugar estuviéramos a la vez en lugares distintos. Me sentía feliz y  molesto al mismo tiempo. Ellos  en realidad  me estaban sobrando. Insistían , sin embargo, en seguir allí. Terminaron  de besar a Elena. Yo pensé que se estaban dando un banquete con ella. Pero decían  mi nombre.
Pensaban en mí. Les podía leer el pensamiento a cada uno de ellos. Increíble. Sí, era increíble. Y me dio más y más risa. No  podía creerlo. Todo aquello era insólito para mí.
 Llegué a la conclusión de que estaba soñando, porque, además de leer sus pensamientos, les leía el subconsciente y me daba cuenta de las enormes contradicciones que estaban viviendo y, cómo ellos,  no sospechaban lo que les impulsaba a llorar y a decir mi nombre. Sí, pensé que era un sueño muy raro, pero también muy interesante. Decidí no tomarlos en cuenta y dejar que  mi sueño, como una película, rodara hasta su fin. Leí la mente de J. M. Y comprobé que  mientras lloraba por  mí, deseaba a Elena y acariciaba imaginariamente su cuerpo.
La diversión continuó al seguir llegando nuevos amigos. Al  rato no cabían ya en el salón y se salían a  fumar a los pasillos.
 Yo,  como si fuese aéreo, no dejaba de flotar de un lado para otro. Aquel flotar me parecía encantador. Fue entonces que llegó mi ex mujer. Sus gritos  me trastornaron. Ellos volvieron a levantarse como muñequitos mecánicos. La oí decir: “Quiero verlo, quiero verlo por última vez”. Fue cuando  me di cuenta que  mi cuerpo, entre amarillo y verdoso, como un mango a medio madurar, yacía a todo lo largo en un ataúd. No parecía yo, pero era yo como si tras una gran cruda me  hubieran retratado. Estaba bastante feo. No es que yo sea  bonito, pero allí se me  veía  horrible. Mi ex mujer, sin más y, con esa capacidad  de fingimiento que siempre la ha caracterizado, abrió  por completo el féretro y me estampo un beso en la mejilla, para de inmediato exclamar: “¡Era un bendito!” y añadir: “Que bueno era, que  bueno era. Siempre se mueren los  mejores.”
 Al oír su retahíla sentí que me volvía loco de risa. Eso de que siempre se  mueren los mejores me pareció  fantástico, pues que yo sepa nadie se queda aquí para siempre, ni la peor de las  mujeres ni el más malo de los  hombres.
 Volví a leer  sus mentes y fue como entrar en la paupérrima enciclopedia de la  humanidad. Hombres y mujeres, ayer como hoy, se  niegan a aceptar el fenómeno natural de la muerte, tan cotidiano, y ante un muerto lloran, en verdad, no propiamente por  el muerto en sí, sino por el muerto que todos llevamos
consigo. Pude verlos a todos tendidos desde ya en su ataúd.
Viví ese tercer acto de la  muerte en cada uno de ellos desde mi propia muerte. Me impresionó mucho  la  agonía de C. T., pero a su vez  todo aquello me resultaba muy divertido. Jamás había soñado nada igual.
 La madrugada avanzaba.  Vi como  B. A. con disimulo iba una y otra  vez al baño y allí sacaba su pomo y se daba su traguito de alcohol.
 Mi ex mujer, sensualona como siempre, mientras lloraba por  mí con el consciente, con el subconsciente  deseaba a R. Z.
 Leer los pensamientos ajenos es algo que puede terminar en pesadilla. De pronto ya no quise leer  nada y deseé despertar. No podía y me desesperaba y seguía  allí flotando de  un lugar  para otro. Decidí dejar el lugar y floté entonces sobre el edificio. El aire era frío. Empezaba a clarear el día.
Vi el semáforo de la esquina y me parecieron de fábula los colores: rojo, verde y amarillo. Nunca antes los había visto así,  ya  nada era igual. Todo era  nuevo y distinto para mí.
Pensé que posiblemente era  cierto cuanto estaba viendo y que yo ya estaba realmente muerto y que de verdad mi  ex esposa, Elena y mis amigos estaban en mi velorio y a la espera de mi entierro.
¿Era  yo el protagonista estrella como  corresponde a todo muertito? Me entraban  mis dudas. Pero... Si era cierto. Si yo era el muerto  allí nada de lo que  había imaginado que era
la  muerte correspondía a lo que podía ver y estaba sintiendo. Aquello de que la muerte es un silencio infinito en la infinita oscuridad de la  nada no tenía nada que ver con lo que yo estaba experimentando. Comencé a hacerme preguntas.
¿Acaso  la  muerte era esto de estar  consciente y flotando en el espacio? Pero, ¿por cuánto tiempo? Un viejo amigo me había hablado  de que  nosotros somos depósitos de energía y que al morir, esa energía  se libera y ocurren dos cosas: o se eleva a un plano superior o retorna a  nuestro mundo en una vida  nueva, aunque  no se  recuerde la anterior. Yo nunca creí en la  teoría de mi amigo, quien me aseguraba que así era.
Me preocupó mi futuro. ¿Qué iba a ocurrir conmigo en  unas horas? Recorrí nuevamente el salón. Mi ex esposa, Elena y el resto de mis amigos ya se veían bastante  demacrados. Algunos dormitaban y otros  fumaban y fumaban mientras consumían café. Dos de ellos hablaban de mí con evidente tristeza, pero me acordé de que cuando vivía y, la  verdad, es que  nunca les preocupé gran cosa. Ahora muerto... sí les preocupaba y  supe por qué, pues la  muerte ajena es de alguna manera el espejo donde vemos  nuestra propia muerte.
 Floté sobre lo que suponía que era mi cadáver, cada vez más verde-amarillo, a lo mango por  madurar. Sentía que aún no podía alejarme del todo de mi cuerpo muerto.. Algo me ataba a él todavía y yo en sí era como un reflejo de él.
 Los ruidos de la  mañana me parecieron algo cautivador: los motores de los autos, los cláxons, las  voces de la gente...
 Mi ex esposa, Elena  y todos mis amigos se sacudieron el sueño y los vi  salir del salón. La  hora del entierro había llegado. Les oí  decir que me iban a cremar. Por primera vez a lo largo de mi sueño sentí  el terror ante  el preámbulo del fuego. Advertí que  no podía hacer  nada. Decidí esperar. Me tranquilicé. Y pensé que de un momento a otro despertaría. Tenía que despertar, pues  todo  aquello  no podía ser más que un sueño.
 Olía a  café, a tortas...Nada se me antojó. Yo estaba como más allá del hambre. Fue  cuando llegó M. a la cafetería y les dijo: -Nos  vamos.
 Los uniformados levantaron el ataúd y  lo metieron en el coche fúnebre. Yo seguía  flotando sobre el cortejo, a la vez que estaba dentro de la mente de cada uno de ellos.
 Compartí la emoción que les embargaba, es decir, el miedo a la muerte. Pensé en la cremación. El traslado fue maravilloso.
Nunca, nunca había  visto la  ciudad tan bella, era un gran poema sin palabras, hecho de sonidos, colores y murmullos, y todo nuevo, nuevo...
 Llegamos al crematorio. El terror se apoderó de mí, ¿qué iba a pasar? Sacaron mi cuerpo del ataúd, se hicieron rápidamente los preparativos y me  vi envuelto en llamas, pero nada era doloroso;  mi cuerpo iba desapareciendo para siempre, para siempre... y, ¡¡¡de pronto!!! yo, sentí, sentí, sentí que me liberaba de mi mismo, de todo que había sido.
 El sol  me atraía y toda la luz del  Universo parecía pertenecerme.
Descubrí que yo en esencia  era luz.
 Mis amigos desaparecieron de  mi vista y los  vi por última vez, no sin cierta conmiseración, como pequeñas prisiones de luz, inconscientes de su destino.


EL CONDICIONAL ABRIENDO


PRÓLOGO  de Teódulo López Meléndez para el poemario inédito en soporte papel “Habría de abrir” de Rolando Revagliatti, el que cuenta con dos ediciones-e disponibles gratuitamente en http://www.revagliatti.net -

  ¿Dónde anda la memoria de Rolando Revagliatti? ¿Acaso internada en los esquemas del latín clásico y haciendo una transferencia en el español medieval para llegarnos hasta ahora, a la reconstrucción de la lengua española en unos versos de penetración del infinito? Abre en variedad morfémica invitando al desastre que posteriormente describe. ¿Acaso esa memoria estaba interceptada por Berceo? ¿Tomó versos alejandrinos para diluir prótasis y apódosis? Pero no, el condicional no está después, está al inicio. Luego no hace sino confirmar. Podemos divagar sobre las relaciones temporales de los verbos con la realidad exterior del discurso y abandonar la morfología allí, en el pasado de las lecturas.

          ¿Lo que va detrás y lo que va delante? ¿O debemos detenernos en la relación de los condicionales con las causales? No hay otro uso condicional – digo ahora- en el resto del texto. “Habría” muestra en el poema inicial la presencia simple de una posibilidad frente a la cual el poeta parece soberano. Si realmente lo intenta no estaría mostrando una voluntad pues lo haría “como quien no quiere”, más bien “como quien detesta”. Es más, si la apertura se produce, lo que realmente sucede, como lo comprobamos al ver el cúmulo de palabras que siguen a este poema y que constituyen este libro, aun ella tiene condicionamientos previos en contradicciones que –advertidos estamos- no dependen de su voluntad dado que la envoltura del acto es impremeditada y, claro está, se torna irrepudiable. La aparente contradicción se anula dado que, como queda suspendido sobre el libro, la única posibilidad es que lo que hay que abrir se abra sin abrirse.

          Ahora estamos frente a lo que se abrió sin abrirse: Frente a lo que queda el poeta reitera su combate. No acepta los calificativos externos que puedan endilgarle. Reitera su acción soberana sobre la palabra. Y advierte que tiene por hábito venir de la luz, pues a los abismos sólo a asomarse.

          Es reiterativo en Revagliatti el no asentamiento de una realidad imperturbable. La realidad –y aquí reaparece el condicional entremezclado entre una voluntad y una fuerza superior- se mueve sinuosa. Para él la palabra dedos múltiples coordinados por todos los sentidos que, de mutuo acuerdo, le encuentran el proyecto de moldeo.

          La voz del poeta sobre sí mismo implica un desleimiento, pero nadie busque en su palabra lo contrario, pues él está en otra parte que es desleimiento. El hecho inocultable de su muerte en el momento de la muerte no puede autorizarlo a hacerse realidad mortal, pues, como queda muy claro, el llegar tarde al comienzo es la obligación permanente…poesía. Reverso y anverso, traducción y traición, referencia e inferencia, persecución y quietud, repetición e innovación…palabra.

          Aún así, los poetas intentamos una y otra vez autodefinirnos y como estamos en viaje sostenido tenemos la facultad de ver las cicatrices incluso desde el anterior momento filoso de su causa y aún tenemos el espacio requerido para hacer la advertencia a los hombres que la palabra causada provino de su causa.

          La fractalidad del prisma permite la multiplicidad de visiones, hay que mirarlas todas desde la conjunción de los signos, no hay tiempo, no es menester dilapidarlo en la espera del más allá del Yo, que los hombres hagan de su supuesta eficacia la admisión de su supuesta eficacia. Frente a ella el poeta se reserva al misterio y vuelve a condicionar reservándolo a la palabra. A la opacidad del mundo opone su luz fractalizada.

          Las interrogaciones no desaparecen. El poeta vuelve sobre ellas y las sopla en la noche. Cada palabra es una hoja que cae y en los otros encuentra lo que no es, pero cuánto pesar por haberse escondido y la manera de exorcizar es reconociéndose uno de ellos, aún y a pesar de saberse otro, el diferente. Y todo poeta sabe que ha pasado. La verificación de no estar solo es quizás el primero de los naufragios. Y el balance se asoma: ha podido hacerlo sin los sentidos porque ellos fabricaron el sentido. Ha habido en el proceso un exceso de lucidez; haberla permitido, haberla dejado entrar desde los vidrios rotos en su multiplicidad atosigante ha sido una negligencia. “Que esta lucidez perezca”, dejé escrito en algún verso, pero sin ella no hubiésemos podido ser lo que estábamos condenados a ser. Uno no se entiende entendiéndose, de manera que resulta inútil explicarlo.

          Siempre creemos haberlo dicho todo ya sobre la condición humana. Empezamos muy temprano, en el origen, y desde el origen hemos caminado infinitas veces el camino. Pensamos habernos excedido y por ello estamos solos al tiempo que comprobamos nuestra pequeñez en el diagnóstico, olvidando sólo que otro relámpago nos hace ver que sobrevolamos y hemos hecho esfuerzos notables por merecernos la muerte, palabra de seis signos, una que en traducción traidora sólo significa que seguiré contando. Se contará en la nada y para ella no hay definición a no ser nada. Esto es, la luz nos hace oscuridad.

          Aturde, lo sé. Tengo con Revagliatti una diferencia: he abierto su libro abriéndolo. Lo que no sé es si he abierto. Menos si estas palabras que serán llamadas prólogo son irreversibles. Como Rolando, tengo una “pronunciada propensión al aturdimiento”.

Teódulo López Meléndez Caracas, 2010

"PRIMAVERA"


Hola ya llega la aurora,
alquimista de minutos,
buscando en los diminutos
malabares de media hora
un cuento que no demora,
un soldado con violín,
el canto de un tomeguín,
las cuerdas de una guitarra,
una pequeña cigarra
y un muñeco de aserrín.

Del libro A la 1, a las 2 y a las 3 de MAYDOLL MORALES PÉREZ


UN AMOR MACHO


Mientras cenábamos en la casa de los Moreno, Margarita y Silvia, ayudadas por el vino, cavilaban sobre el amor.
Levanté mi vista sobre la copa y la detuve sobre Roberto que, comprensivamente, me devolvía la mirada con una sonrisa triste.
Toda la semana estuvimos tras el rastro del caso MACHO. Cuando me llegó el expediente y supe el nombre, lo primero que pensé fue en un caso con mucha testosterona, bigotes y músculos. Nada que ver con la realidad.
El nombre derivaba del objeto de estudio del estudiante de astrofísica que había sido asesinado en la facultad.
Carlos Velazco se especializaba en “Objetos compactos masivos del Halo” MACHO (por sus siglas en inglés).
Roberto y yo, los encargados de investigar el crimen, sabemos de astrofísica lo que saben los estudiantes de la facultad de astrofísica de disparar armas. Por esto fue que el último lugar al que dirigimos nuestra investigación fue el edificio universitario. El primer sospechoso era Terom Camacho, ex novio de Carmen García, la chica con la que salía Carlos. Un campesino asiduo a los bares y buscapleitos al que ya habíamos alojado en nuestras instalaciones. Lo capturamos pero su coartada resultó bastante verosímil. No pudimos sino darle cárcel por una noche para que el desgraciado pasara su borrachera.
Mientras pasábamos del comedor a la sala, Roberto, notando mi tensión, me tomó del brazo y me dijo: “ya encontraremos al sujeto”. Media hora después nos llamaban de la facultad.
Otro nerd muerto, Daniel Cazares.
Similares circunstancias, misma obsesión por el MACHO.
Rastreamos con perros el campus y encontramos a Gloria, perturbada, sosteniendo un arma de cañón corto.
Nos apuntó y Roberto le voló la cabeza.
Se trataba de un caso de violación de derechos científicos llevado al absurdo.
Los chicos quisieron pasarse de listos y robarle un algoritmo a Gloria., algo que ella no quiso consentir.
En el Dunkin’ Donuts, al amanecer, pienso en el amor como una fuerza astronómica masiva.

Luis Cermeño (Colombia)
Publicado en la revista digital Minatura 121

CASI OBSCENO


Si quisieras oír lo que me digo en la almohada
el rubor de tu rostro sería la recompensa
Son palabras tan íntimas como mi propia carne
que padece el dolor de tu implacable recuerdo

Te cuento ¿Sí? ¿No te vengarás un día? Me digo:
Besaría esa boca lentamente hasta volverla roja
Y en tu sexo el milagro de una mano que baja
en el momento más inesperado y como por azar
o toca con ese fervor que inspira lo sagrado

No soy malvado Trato de enamorarte
Intento ser sincero con lo enfermo que estoy
y entrar en el maleficio de tu cuerpo
como un río que teme al mar pero siempre muere en él

RAÚL GÓMEZ JATTÍN (1945 - 1997) Colombia
Publicado en la revista La Urraka 30

POR LOS DERROTEROS DE LA LUZ, DE CARLOS BENÍTEZ VILLODRES


Por: Leonora Acuña de Marmolejo. U.S.A

De todo lo escrito, amo solamente lo que el hombre escribió con su propia sangre. Escribe con sangre y aprenderás que la sangre es espíritu. –Federico Nietzsche
Así con su sangre andaluza de esencia filántrópica, el esclarecido poeta malagueño Carlos Benítez Villodres ha escrito este acrisolado poemario de décimas o espinelas (llamadas también malaras, nombre que según últimos estudios proviene de su ejecutor Juan de Mal Lara). Según las notas de introducción del autor: “Las décimas o espinelas contenidas en este libro fueron escritas durante los años 2008, 2009 y 2010. Dichas décimas, exceptuando algunas de ellas, son estrofas independientes, como puede comprobar el lector, que siguen el orden cronológico en el que fueron creadas. La inmensa mayoría de estas décimas se publicó, en los años ya mencionados, en revistas y periódicos tanto españoles como extranjeros, así como en Internet.”
Como en toda su obra literaria, en estos poemas subyace su ideal por un mundo mejor en donde imperen la justicia, el amor, la libertad, y la paz. De allí que su voz llega a tornarse en denuncia un tanto increpante y en angustiosa deprecación en busca de un cambio más humano entre los pueblos. Así clama por ejemplo en su poema Libertad para la mujer (pág. 17) en donde inquiere valiente: “Qué hacen jueces y gobierno / ante el odio a las mujeres / que a mano de luciferes / pierden vida y ser materno?” Y más adelante insta a las mujeres a denunciar los desmanes que se cometen contra ellas: “Divulgad cualquier herida / que surja en vuestra azucena / causada por esa hiena / negra por endemoniada, / que sobrevive a la nada / por sevir a la cadena.”
Su verso intenso, valiente y audaz, desborda vibrante deplorando profundamente las injusticias ocasionadas por los intereses creados de ciertos miembros de la sociedad, proceder que va en perjuicio de otros. Así Benítez Villodres, abogando por justicia y en su noble afán por el mejoramiento de la humanidad, vierte en su obra algunos poemas de tinte político y franco, como por ejemplo en Trepadores (pág. 21) en donde expone lo siguiente: “Hablan políticos y economistas, / con suma confusión e hipocrecía, / sobre el desastre de una economía / que sólo beneficia a prestamistas. /Aumentan los caciques egoístas / al calor de su apego a ese dinero /que nunca es generoso y justiciero, / sino un puntal para escalar deprisa, / por gente subterránea y sumisa, / a cotas donde vive el embustero.” Y en su Décima o espinela (II) (pág. 24), sencillamente sincero y honesto, y satisfecho con la talentosa y honrosa andadura de su quehacer lírico de proyecciones filantrópicas, reconoce: “Llevo en mi alma esos racimos / de versos siempre fecundos, / donde palpitan mis mundos / limpios de herrumbres y limos. / En ellos no habitan mimos / ni paraísos pedantes / sino luz de caminantes / que me alumbra las estelas / para crear espinelas / “con la glorias de Cervantes”.
Con el característico y altruísta sueño de los poetas por un mundo mejor, en su poema Hacia la utopía (pág. 31), expresa su sentir así: “Con mi amor y rebeldía / como Cervantes combato / sobre este mundo insensato / que no encuentra la alegría /Cabalgo hacia la utopía/ con mi lealtad sin caretas/ (…) y grito a las sociedades: “¡somos dioses los poetas!”.
En su compasivo “yo interior”, ansiedades e inquietudes palpitantes estrujan las fibras más íntimas de su ser que se estremece acongojado, cuando se hace presente la indiferencia de sus semejantes ante los desprotegidos. Es entonces cuando el sentido de humanidad afluye en Benítez Villodres, como el desborde de un río. Así lo observamos en su poema Vivir indignamente (pág. 33) en donde en tono doliente dice: […] “Por la plazuela alguien pasa / en silencio, indiferente / a la vida de la gente, / al mundo que a nadie abriga. / Es un destino. Una espiga / que pervive duramente”.
Con el profundo deseo de hacer realidad su noble ideal de que sus semejantes alcancen el peldaño más alto en el plano de conciencia cósmica del ser humano -que en su andadura espiritual trasciende a la muerte-, en tono fraternal implora solidaridad. Esto se hace transparente en su poema En la cumbre (pág.40), en donde en tono deprecante y filosófico, desgrana estos versos: “Dame, viajero la mano / para subir a la cumbre / […] Allá hasta el río es hermano / de todo lo que es creado / para aumentar el legado / del hombre cuyo misterio, / no acaba en el cementerio”.
En su espinela Grito (pág. 41) siguiendo las enseñanzas de Jesucristo quien llamó a comprensión, unidad, amor, y perdón, nos dice: “ Grito solidaridad, / alegría, comprensión, / miel, luz para la razón, / paz, sonrisa, libertad. / Grito diálogo, bondad, / fraternidad sin secretos / […] puentes, unidad
vital…”
Con perfil crístico también, y exultante, termina esta espinela de sabor místico que nos habla de la bondad en Amor divino (pág. 46) cuando se expresa así: “Uno tras otro, los años / marchan sobre este planeta, / dejando en cada violeta /deleites y desengaños. / Aunque abunden más los daños, / ella
labra su destino / con pericia de marino / que vence a la tempestad, / si sabe que en la bondad / “siempre el amor es divino”.
Como buen andaluz que así lo es, en los adentros de su fuerte alma varonil, abriga una gran ternura romántica, como lo podemos captar en su décima de sabor agreste Amanecer (pág. 52) en donde nos dice: “Nace el alba tras la augusta / cabeza de la arboleda, / mientras va por la vereda / la muchacha que me gusta. / Todo el paisaje se ajusta, / con suma vitalidad, / a la palabra humildad / que se ondula sin fatiga / bajo un cielo que le abriga / con sones de libertad”.
Buceando más adelante en los mares de su talentoso lirismo, vemos que en su precioso poema Cuatro velas encendidas (pág. 64) perfila sus ideales existenciales de dejar una huella luminosa y ejemplar, y con parámetros de sabiduría oriental nos dice: “Dejaré sobre este mundo, / con sangre de mis heridas, / cuatro velas encendidas / para alumbrar lo fecundo. / Mañana…, otro vagabundo, / todo valor y pujanza, / continuará mi labranza, / sembrando con diligencia, / lo mejor de su existencia: / fe, paz, amor y esperanza”.
“Honrar honra” dijo sabiamente el glorioso apóstol cubano José Martí. Y esto es lo que precisamente hace Benítez Villodres al hacer reconocimiento al excelso literato portugués en su espinela laudatoria titulada A José Saramago. In memoriam (pág. 73): “Por siempre serás monarca / de la gran Literatura, / la que sólo da ventura / a quien navega en su barca. / Dejaste en ella la marca / del escritor consagrado, / y tu fecundo legado / aportará al caminante / el sol más estimulante / para su propio alumbrado”.
Siendo la impronta de su obra la conjugación del amor, la justicia, la libertad, y la paz, Benítez Villodres se identifica con los más brillantes bardos cuyas vidas han comulgado también con estos mismos ideales, como Federico García Lorca. Asi lo dice en sus cuatro décimas con las que rinde reconocimiento y homenaje al padre de este, en sus Décimas en memoria de Federico García Rodríguez, padre de Federico García Lorca. (págs. 74-76).
En la espinela 3 Vega de Granada expresa estos sentimientos así: “Sobre esta tierra feraz, / sembrada de manantiales / y deseos e ideales, / vivió un hombre sin disfraz. / Luchó a favor de la paz, / con tesón y valentía, / y fue toda su alegría / aquel hijo, sol de amor, que le dio vida y calor / al mundo de la poesía”.
La expresión poética de Benítez Villodres es admirable e inconfundible, por clara, sencilla, abierta y vertical, y por consiguiente comprensible, corroborando las palabras del apóstol San Pablo: “[…] si yo ignoro el valor de las palabras, seré como extranjero para el que habla, y el que habla será como extranjero para mí”. (1 Co. 14:7-11).
Así en el poema Lo que no tuve ayer (pág. 76) pone de relieve el poder mágico, trascendente y sagrado de la palabra con estos versos: “ Con las palabras camino / por este mundo inhumano / para tenderle mi mano / a la rosa y al espino. / Así, moldeo el destino / de mi amor y su poder, / fortalecido al nacer / por la más pura alegría, / la que me da cada día / “lo que yo no tuve ayer”. Con esta bella espinela, nuestro brillante poeta Carlos Benítez Villodres, cierra su poemario en donde ha desnudado su alma poética y nos ha mostrado la brillante estela de su andadura ¡Por los derroteros de la LUZ !
Tras de adentrarme deleitosamente en las páginas de este maravilloso libro, tomándole el pulso a la inspiración con la cual el autor nos hace partícipes de su gloria a quienes estamos felizmente amalgamados por el idioma cervantino, insto a los lectores a disfrutar de su noble y encomiable contenido.
Para este laureado poeta de talla universal y maestro de la Gaya Ciencia, que ha sabido percibir y disfrutar de la fragancia y sedeña belleza de las rosas sobrepasando el dolor de las espinas, repitamos con Khalil Gibrán: “Poeta: examina tu corona de espinas. En ella encontrarás oculta una corona de laurel
en ciernes.”

Publicado en la revista Oriflama 20