domingo, 29 de julio de 2012

LA OTRA TIERRA


La gente se estaba yendo. Yo, sin embargo, quise quedarme. El mundo se moría despacito. En 2023 habían descubierto el salto cuántico y, a través de dicho proceso, estaban evacuando a toda la Humanidad. Exiliados en una Tierra paralela, parecida a esta pero no, otra. Yo estaba medio deprimido y quería acabar mis días acá, en mi casa. Por eso, le cedí mi puesto a Laura, mi hermana. No todos podían irse ya que el salto cuántico era muy caro. A mi me importaba un rábano. Que se vaya, que siga prostituyéndose allá, en esa tierra que no era mi tierra. Que los hombres del otro lado la atiendan, la mimen, la sigan rebajando. Yo quería morir viendo los atardeceres de acá, por más sucios que sean. Verla partir fue hermoso: justo cuando el sol se acostaba para siempre su cápsula, junto a miles y miles, se evaporó en el cielo, hacia allá, hacia la otra Tierra. Mi perro se quedó conmigo y juntos vimos el atardecer más hermoso que jamás hayamos visto…


Esteban Moscarda (Argentina)
Publicado en la revista digital Minatura 119

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