viernes, 29 de junio de 2012

SUDOR


En la porosidad de la espalda, a la altura de los omoplatos se va configurando una sonrisa de gato etéreo como un tatuaje de agua. En el pecho se forman rozaduras como puñetazos desgastados, penachos acuosos como islas sin tesoros. En los faldones de la ropa de costuras naif, una pianola de gotas acrecienta su afilada impronta. El cuerpo se estremece como la sombra de una guerra que maltrata a una mariposa. Como un horno microondas en una ciénaga, los goterones distorsionan la fe, la esperanza, la caridad, de los días de húmedos remolinos de luz. El sudor.


GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-


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