sábado, 26 de mayo de 2012

ESOS DÍAS

Cuando pidieron voluntarios para la misión, me apresuré a echar la solicitud. Como casi todos, alegué motivos personales. No fue hasta que llegamos que me enteré del calibre de mi metedura de pata.

—Gilipollas, ¿no sabías que Marte tiene dos lunas?

¡Yo qué iba a saber, si siempre he sido un manta en ciencias! Menos mal que aquí, si eres fuerte y curras como una bestia, da igual lo peludo que seas, la mala leche que te gastes o lo que aúlles por la noche.

María Isabel Redondo Hidalgo (España)
Publicado en la revista Minatura 117

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