viernes, 24 de febrero de 2012

POEMA


El arpa

Abrázame, mujer, con la ternura
del suave amor que sólo vive en sueños;
reclina la mejilla en mi columna,
bésame con tu pelo.

Desliza sobre el muro de mis cuerdas
la magia delicada de tus dedos,
dando voz a la oculta melodía
dormida en mi silencio.

Y al destrenzar mis notas, el tumulto
de sonrisas que arrancas y te ofrezco
pondrá en la curvatura de mi espalda
dulce estremecimiento.

Cierra los ojos, dame tus caricias,
y yo he de darte un canto siempre nuevo,
y un temblor en la piel que ha de agitarte
con cierto desconcierto.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO-Los Ángeles-

No hay comentarios:

Publicar un comentario