lunes, 19 de septiembre de 2011

POEMA



EL ÁRBOL DE LA ATALAYA

Ese árbol de la Atalaya, al atardecer, no es un árbol,
es una sinfonía de cientos de trinos.
De cada rama escapa un trino
y las verdes hojas tiemblan
movidas por los melodiosos sonidos.
Ante ese árbol me detengo,
cada tarde, a escuchar la sinfonía
y si pudiera subiría por el tronco
y me haría melodía para acompañarlos.
Es como una gran orquesta afinada
que remueve el aire haciéndolo sonoro.
Nadie desafina. Todos saben que nota
deben pulsar en su garganta plumífera.
Es un coro en el que cada corista
entona a tiempo su melodía.
Hasta creo que el árbol acompaña
con un suave balanceo de sus ramas.
Ante ese árbol, que los pájaros
convierten en canción al atardecer,
hay que detenerse y dejar
volar al pensamiento.

JOSÉ LUIS RUBIO

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